Paduá tiene poco conocimiento de la ciudad, su atención se ha centrado en las áreas rurales del país y sus ecosistemas. Muy atento observó el ingreso a la venta de bicicletas, mientras adentro los clientes al verlo murmuraron: “Es el señor que le robaron su bicicleta”.
Con un saludo amable y en el que mostró tranquilidad, Paduá entró a la tienda de bicicletas y fue recibido por el personal del negocio.
El gerente de publicidad de Bike Sport, Brandon Alvarado, le mostró varios tipos de bicicletas para que Paduá escogiera la que mejor le sirva para continuar sus recorridos.
“Me gusta esta de color naranja, es llamativo el color y sirve para que me miren los conductores de automóviles en la ruta”, expuso Paduá cuando escogía la bicicleta.
El viajero escogió una bicicleta Twitter de manufactura alemana que tiene cinco años de garantía y el marco es de aluminio, ese material es liviano y permite al ciclista tener mejor despliegue en las vías.
La bicicleta tiene doble funcionalidad, porque el diseño de la estructura y las llantas permiten rodarla en vías de pavimento y en terracería.
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Solidaridad
“La gente de Guatemala me ha mostrado solidaridad, esos comportamientos reflejan cómo el ser humano puede esforzarse por hacer un mundo mejor. El asalto me ha dejado secuelas, pero la solidaridad de la gente en Patulul conforta. Hoy dos vecinos me han traído a la ciudad de Guatemala, colaboran con mi causa, espero que todos aprendamos de esto porque estaba -en Patulul- investigando la contaminación de ríos, ahora ellos se enteran de mi caso y de esa contaminación”, expuso Paduá.
Los aportes para Paduá fueron varios, la tienda de bicicletas le dio una linterna, inflador, algunos reflectivos y un traje de licra para ciclismo.
Juárez, uno de los que acompañaron a Paduá, expresó: “Nosotros lo trajimos a la capital para ayudarle, tenemos otros amigos que también lo están apoyando luego del asalto. Lo que buscamos es influir positivamente en Patulul, que los vecinos se den cuenta de que también podemos ayudarnos”.
Paduá permanecerá otras semanas en Patulul con la esperanza de que sus pertenecias aparezcan, para él hay información valiosa de sus investigaciones en un disco duro que se encontraba en una de las mochilas hurtadas.
“Lo que más me preocupa es la información que tenía en un disco duro, esas son las anotaciones de las investigaciones que he recopilado durante 20 años en diversos países. Tenía una tablet y una computadora en las que estaban mis anotaciones, le pido a los vecinos que, si ven esas cosas que mes las devuelvan”, suplicó.
Este asalto no figurará en la redacción del libro El Observador que escribe Paduá, ese copilado de investigaciones no mencionará hechos delictivos.
“Mi libro recoge investigaciones ecológicas y ambientalistas de los países de latinoamérica durante 20 años. Entonces, se plasma el comportamiento de las poblaciones y cómo a la vez coexisten con la contaminación. Esa basura que inunda los ríos, por ejemplo. Pero no mencionaré el asalto porque no es ético hacerlo, de Guatemala me interesa exponer su contaminación y no un hecho criminal. Además, durante mis viajes he sufrido tres asaltos más, eso quiere decir que la criminalidad no es exclusiva de Guatemala, aunque sí ha sido el atraco más violento, porque vi una pistola”, explicó.
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