Documentos municipales refieren que ese sector se creó con la intención de alojar a familias de alcurnia. Al principio perteneció al barrio Santa Rosa.
En los alrededores del parque vivieron el escritor José Batres Montúfar, en el ahora edificio Recinos; el presidente José María Reina Barrios, en el inmueble que aloja al filosofismo de la masonería; la familia Aycinena, a un costado de la Corte de Constitucionalidad, en la esquina sur del parque; y la familia Arzú, en la 11 avenida y 8a. calle. Esas residencias, de la época colonial, han quedado ocultas entre diferentes negocios como piñaterías —que surgieron luego de los primeros terremotos del siglo XX—, farmacias, panaderías y una funeraria.
Biblioteca
Lo que muchas personas no saben es que e en el corazón del parque funciona la Biblioteca Infantil, un rincón para adquirir conocimiento, la cual data de 1949, pero para muchos aún es desconocido.
La mayoría de los 10 mil libros que resguarda ese recinto son dirigidos a la niñez, aunque según sus administradores, en los últimos años se han archivado ejemplares para todo público. Los libros más antiguos que se pueden encontrar en el lugar datan de 1952.
En la entrada a la biblioteca se encuentra el monumento al almirante Cristóbal Colón, uno de los pocos vestigios que quedan de lo que fue el parque en sus orígenes.
Para promocionar la biblioteca, los encargados coordinan con escuelas del Centro Histórico, para que los estudiantes la visiten y disfruten de la literatura.
La biblioteca recibe donaciones de libros de particulares y del Banco de Guatemala. En sus inicios, según historiadores, contaba con duchas para que fueran utilizadas por los estudiantes que la visitaban.
“Hay muchos que la desconocen —la biblioteca—, por eso hemos trabajado en fomentar el estudio en los niños de escuelas aledañas. Acá tienen un día asignado para venir. Es un lugar para recrearse”, refirió la bibliotecaria Alejandra Zea.
Patinaje
En su momento, el parque Colón fue utilizado como pista de patinaje, por lo que tiene pasajes subterráneos por los cuales pasaban los peatones de un extremo a otro, sin ninguna dificultad. En la actualidad, esos pasajes han sido convertidos en bodegas de pintura y herramientas de jardinería.
El pasaje San Jorge, que data de 1929, se encuentra entre las 11 y 12 avenidas. “Es el enlace entre el parque Colón y La Merced, a través del Callejón de Jesús”, explicó Miguel Álvarez Arévalo, cronista de la Ciudad de Guatemala.
Comerciantes del sector reconocen los cambios importantes que se han implementado, pero señalan que falta mejorar la iluminación y controlar que indigentes no ensucien los alrededores.