Este año, la construcción de pozos se impulsa más en San Juan Sacatepéquez, municipio en el cual se tienen planificados siete de esos proyectos, por Q11.9 millones. No es casualidad que las autoridades den prioridad a la asignación de recursos financieros para abastecer de agua a los vecinos de este sector del área metropolitana. En Ciudad Quetzal varias colonias están asentadas cerca del recurso hídrico.
Hace 17 años, los vecinos de las colonias Colinas de Ciudad Quetzal 2, Colinas de Ciudad Quetzal 3, Linda Vista y Los Encerros empezaron a afrontar problemas por escasez de agua y deben comprarla a camiones cisterna.
Tres veces a la semana los residentes afectados por la falta de agua llenan recipientes cuando la cisterna llega a la localidad. La bocina del vehículo anuncia el momento del abastecimiento. Algunas viviendas tienen depósitos en los cuales se guarda el agua y desde el camión se introduce una manguera, para más comodidad en el llenado.
En promedio, los vecinos gastan Q350 mensuales en la compra de agua. Afirman que en el 2000 aún tenían agua entubada, pero un año después los pozos se secaron y desde entonces deben esperar el camión para abastecerse.
Los Consejos Comunitarios de Desarrollo (Cocodes) de San Juan Sacatepéquez planificaron la construcción de pozos en Loma Alta, Lo de Carranza, Lo de Mejía, Las fuentes, Sauicite y Ciudad Quetzal, y se espera que estos proyectos beneficien a unas 20 mil personas.
En el área metropolitana, otros ocho municipios priorizan la perforación de pozos para abastecer de agua a los pobladores.
Entre las comunas que invierten con aporte del gobierno central están Mixco, con tres obras; San Raymundo, con dos proyectos; San Pedro Sacatepéquez, con tres pozos; Villa Canales, con uno; San José Pinula, dos; Santa Catarina Pinula, uno; San José del Golfo, tres; y Chinautla, con tres proyectos.
Ottoniel Monterroso, director del Instituto de Investigación y Proyección sobre Ambiente Natural y Sociedad, de la Universidad Rafael Landívar, explica que la perforación de pozos no es una práctica inadecuada, y considera que es “una vía posible para la búsqueda de agua”.
Monterroso aclaró que la tecnología que se usa para la búsqueda y suministro de agua depende de las condiciones en que se encuentran las cuencas en la metrópoli. Expuso que cuando no hay agua en el subsuelo se opta por mecanismos para captar agua de lluvia.
El director del Iarna señaló que en la actualidad el área metropolitana no sufre sequía, pero sí empieza a afrontar dificultades en el proceso de infiltración.
El experto explicó: “Lo que es problema en la zona metropolitana es que estamos extrayendo más agua de la que se infiltra. Hay que verlo como un sistema. Es como un gran depósito -de agua- lo que tenemos en el subsuelo. Entonces, este depósito se abastece del agua de la lluvia por infiltración hasta que llegue al subsuelo. Si extraemos más agua de lo que ingresó al sistema, significa que nos estamos acabando el recurso del depósito”.
Una muestra del inadecuado uso del suelo, según el director del Iarna, es que cada vez son más profundos los pozos. Además, las impermeabilizaciones del suelo por medio de la urbanización dejan pocas áreas para que haya un proceso de infiltración.
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