Guatemala

Vecinos de estas cinco colonias de la zona 18 caminan entre tierra y lodo

Gestión iniciada en el 2013 para la construcción de pozo aún no se resuelve; Comuna espera aprobación para trabajar en ruta de ingreso.

Los pobladores demandan ayuda a las autoridades para que reparen de la vía e instalen asfalto,  ya que incluso hay personas que han resultado lesionadas en accidentes viales. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Los pobladores demandan ayuda a las autoridades para que reparen de la vía e instalen asfalto, ya que incluso hay personas que han resultado lesionadas en accidentes viales. (Foto Prensa Libre: Hemeroteca PL)

Una calle de cinco kilómetros de longitud entre la Alameda Norte 2, zona 18 capitalina, y las colonias 5 de Noviembre, Altos de Sinaí y el asentamiento Álvaro Arzú, donde concluye el tramo, se encuentra en total abandono.

Unas 300 familias del lugar aseguran que las autoridades las tienen en el olvido, pues no cuentan ni con agua entubada y la calle que comunica a sus colonias se encuentra intransitable debido a los grandes baches que hay.

“Apenas 660 metros, a partir de la entrada, para acá están asfaltados, ni siquiera lo hicieron por completo, no tenemos drenajes suficientes para desfogar el agua, no contamos con cunetas y ahora con la lluvia se nos ha deteriorado la calle aún más, de tal modo que es un muy difícil transitar en los vehículos, incluso para las personas que transitan en motocicleta, algunos se han caído”, relató Saúl Quiñónez, presidente del comité de barrio de Altos del Sinaí.

Añadió que para las personas que tienen que llevar sus mercaderías a sus tiendas es muy complicado por el estado del camino.

“La solicitud de la construcción de la carretera se hizo desde el 2013, y hasta la fecha no hemos tenido respuesta de que se vaya a trabajar. La persona que estaba encargada del asfalto de la calle había extraviado el dinero, y por ese problema no se había terminado la construcción del asfalto”, dijo Quiñónez.

La calle de dos vías es angosta y en algunos tramos se reduce y solo puede pasar un vehículo, además tiene un puente bajo el cual pasa un río de aguas servidas.

Una de las limitantes es que la calle de dos vías es angosta y en algunos tramos se reduce a un carril. (Foto Prensa Libre: Andrea Domínguez)

Drama

En la mayor parte del tramo hay casas de lámina construidas en la orilla pero, pero transitar por el sector es un desafío, pues la capa de asfalto, de unos dos centímetros, que se colocó hace cuatro años se ha dañado con el paso del tiempo y ahora hay grandes agujeros que los automovilistas y transeúntes intentan esquivar.

Los vecinos han rellenado con tierra los baches más más profundos y grandes , en otros han intentado colocar concreto, pero este también se ha deteriorado.

Pobladores exigen ayuda a las autoridades para que reparen de la vía e instalen asfalto, ya que incluso hay personas que han resultado lesionadas en accidentes viales, incluso algunos peatones se han caído por el mal estado de la calle.

“La situación del camino es bastante delicada. El acceso para llegar, sobre todo en invierno, es difícil. Yo, por ejemplo, entro en una moto “pasolita”, pero se daña, porque hay piedras”, señaló Jorge Navas, director de la Escuela Oficial Urbana Mixta Álvaro Arzú.

Agregó que debido a que la lluvia forma zanjones y agujeros, los maestros han tenido que llegar a pie, pero hasta los niños se han caído en los hoyos del camino.

Carla Chinchilla, vecina del lugar, manifestó: “Desde que se fundó —el asentamiento hace 16 años— estamos abandonados, estamos haciendo un llamado a todas las personas que tengan la bondad de venir y darse un poco de tiempo de ver cómo estamos nosotros abandonados”.

Gestión

La Municipalidad de Guatemala informó que los vecinos iniciaron recientemente una gestión en el Fondo de Solidaridad del Gobierno para la construcción de un pozo. Una vez finalizado ese proceso, se dará paso a introducir tuberías y se intervendrá para reparar la calle, señaló la comuna.

Caminan por agua

En el asentamiento Álvaro Arzú, las familias carecen de agua entubada, y para conseguirla los pobladores caminan unos cinco kilómetros o aprovechan el agua de lluvia.

El problema afecta no solo a los adultos, sino también a los niños que llegan a la escuela, del mismo nombre del asentamiento, con relatos de todo tipo, aseguró Jorge Navas, director del establecimiento.

“Los relatos de los niños y niñas de cómo sufren por no tener agua en sus casas y lo que caminan para obtenerla; claro, en la época de invierno la situación se palia un poco con el problema pues se recolecta, pero el resto del año es una pesadilla”, resaltó Navas.

 

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