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Gustavo Hernández Polanco, director de Heifer en Guatemala, indicó que en Sololá se trabaja con seis mil mujeres, muchas de ellas tejedoras, a quienes se les ha empoderado para que desarrollen emprendimientos.
Hernández, refirió que el mercado nacional e internacional demanda fibras como algodón y colorantes naturales, por lo que desarrollan más plantas para que se puedan obtener esas fibras, y que las mujeres fabriquen hilos y bordados.
Agregó que en colorantes se utiliza la grana, la cual se obtiene del insecto conocido como cochinilla, para que en 90 días se tenga un producto que es la base para el colorante rojo.
Guatemaltecos triunfan en la informática y la tecnología
“Falta mucho por trabajar, el reto es enorme. Pero a la medida de las necesidades están nuestros planes. Tenemos varios proyectos que mejorarán sustancialmente la vida de miles de guatemaltecos, que les ayudarán a sobreponerse al hambre y la pobreza”, refirió Hernández.
También mencionó que Guatemala tiene potencial para la producción y comercio de pimienta negra y gorda, canela, achiote, chile y espárragos.
“Esto es demanda de mercando nacional e internacional y también hay demanda de productos orgánicos”, puntualizó.
La historia de Heifer en Guatemala comienza en 1970 con la provisión de ganado menor a familias de áreas rurales afectadas por el conflicto armado. La organización fue creada en 1944 y está cumpliendo 75 años.
Desde su fundación en 1944 ha provisto asistencia a más de 20.7 millones de familias en más de 125 países, según sus directivos.
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