La vida no se vive igual en todas las zonas de la capital, por lo que la organización Diálogos diseñó un mapa en el que se muestran los focos de criminalidad. En las zonas más violentas, los constantes asaltos, balaceras y asesinatos alteran la vida de los pobladores; sin embargo, como ellos mismos lo manifiestan, “hay que vivir”.
Algunos vecinos de las zonas más violentas de la capital han optado por organizarse, salir a patrullar o colocar cámaras y portones en sus cuadras; sin embargo, otros ya se han acostumbrado a esa vida de riesgo y continúan con sus actividades normales dentro del vecindario. Algunos más han optado por encerrarse y no salir de su casa por la noche.
Los índices de criminalidad van en aumento y los diferentes cuerpos policiales expresan que hacen los que está a su alcance en la zonas de riesgo, donde la vida comunitaria, sin embargo, debe seguir su curso.