Las llamas se extendieron entre los inmuebles y con el pasar de los minutos, vecinos vieron cuando el fuego consumió sus pertenencias y el esfuerzo de muchos años.
La mañana de este martes 20 de diciembre dejó más al descubierto la magnitud del incendio.
La incertidumbre rodea a los afectados, ya que aproximadamente 250 personas quedaron damnificadas y cada uno tiene la esperanza de comenzar de nuevo.
EN ESTE MOMENTO
Un equipo de Prensa Libre y Noticiero Guatevisión visitó el lugar, donde entrevistó a algunas de las personas que fueron afectadas por el incendio.
“Todo se reduce a cenizas”
Ludwin Lazo es padre de tres menores, una de 5 años y las otras de 10 y 17; también hermano de una persona que padece de epilepsia.
Aproximadamente a las 14 horas del lunes 19 de diciembre, Lazo recibió la noticia de que una casa se estaba quemando. “Como comunidad siempre hemos estado unidos, fuimos a apoyar. Vimos que los bomberos no se daban abasto, entonces empezamos con cubetas y con baldes para echar el agua”, comentó.
El fuego se intensificó y extendió rápidamente entre las viviendas que estaban construidas con parales de madera, hierro y láminas. Ludwin informó que cuando subió a su casa, esta ya estaba prendida en llamas.
“Siento impotencia al no poder hacer nada, al no poder venir y recuperar algo de lo que teníamos acá, todo está hecho escombros, hecho cenizas, la ropa de mis hijas, los zapatos, las cosas que con tanto sacrificio y esfuerzo uno compra trabajando día con día, todo se redujo a cenizas” afirmó Luwin Lazo.
“Cuando vine solo veía las llamas”, externó Ludwin, por lo que le resultó imposible rescatar algo, ya que al abrir la puerta de su casa solo había humo y fuego.
Ludwin, con la voz entrecortada, recordó que su hija más pequeña le dijo: “Papito, papito, vamos para la casa”, a lo que respondió: “Mi amor, ya no tenemos casa, ya no tenemos a donde ir”. Luego su hija le dijo: “No te preocupes, todo va a estar bien”.
“Se me parte el corazón porque uno como padre trata la manera de luchar y salir adelante y darle a sus hijos lo mejor”, expresó Lazo.
Es así como Ludwin externó que su hermano -quien padece epilepsia- lo abrazó durante la noche y lloraron juntos, luego le prometió que pronto le compraría su medicina.
“No hay más que cenizas, escombros y recuerdos”, concluyó Ludwin Lazo.
Si usted desea apoyar, se puede comunicar al número: 4213-0136.
“Nos quedamos con lo que teníamos puesto”
Ana Percuac vive en el asentamiento desde hace cinco años junto con tres niños y cuatro adultos, quien además hace 12 días dio a luz.
Aseguró que lo perdieron todo luego del incendio; “nosotros nos quedamos sin nada”, indicó.
Entre lágrimas, Ana relató cómo vivió el momento de enterarse que su casa estaba incendiándose: “Como acababa de nacer mi bebé, yo estaba acostada y me dijeron que había un incendio aquí y que tenía que salir. Salimos corriendo sin llevar nada, solo la ropa que tenemos puesta, nos quedamos sin nada”, externó.
Agregó que al regresar y ver lo que había quedado de su casa sintió tristeza y un “dolor inexplicable”.
Afirmó que no tienen a dónde ir y que ahí se quedarán.
Si usted desea apoyar, se puede comunicar al número: 3169-1044
“Solamente quedaron las deudas”
Josseline José Hernández, otra de las afectadas, informó que tuvieron muchas pérdidas, en especial el esfuerzo de sus padres y hermano.
William, su hermano, había hecho un préstamo para construir la casa que el incendio destruyó. “Él lo hizo, para estar en un lugar estable, no con lujos, pero él se vio en la necesidad de hacer un préstamo para construir su casita. Ahora como se pueden dar cuenta quedó en nada”, lamentó Hernández.
Afirmó que lo perdieron todo y quedaron las deudas. “Yo le decía a mi hermano que lo importante es que él está bien y que mi familia está bien”, agregó.
“Necesitamos su apoyo, es algo que nadie se espera y yo se que Dios lo va a bendecir, porque las manos que dan nunca permanecen vacías”, indicó Josseline.
Si usted desea apoyar, se puede comunicar al número: 5721-7293
Albergue temporal
En una iglesia se encuentran decenas de familias que permanecen albergadas bajo lo único que ahora consideran como un techo.
A días de la Navidad, los damnificados temen que no tendrá un lugar para pasar esta fecha. También agradecieron porque la ayuda ha comenzado a llegar con algunos víveres por parte de la Cruz Roja Guatemalteca, así como donaciones de láminas, pero aún necesitan materiales para construir.