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Muchos de ellos no consiguieron cupo en otra escuela del sector, y sus padres no cuentan con las posibilidades económicas de pagar una colegiatura. No tienen opción. Este año se quedarán sin estudiar.
A esto se suma que en el área donde están ubicados, los niños viven en un contexto de violencia e inseguridad que los hace vulnerables, y la educación es una herramienta para ayudarlos a salir de ese ambiente.
El padre Miguel Cortés, director general de la Fundación Fe y Alegría, lamenta la situación, pero no pueden abrir las puertas de este y otros 12 centros a más estudiantes. El recorte de Q3.3 millones que tuvieron este año en su prepuesto los limita. La suma destinada dentro de la asignación del Ministerio de Educación es de Q63 millones, cuando se había solicitado Q66 millones.
La disminución afecta directamente a mil estudiantes de los proyectos que funcionan en una docena de comunidades de San Marcos, Chiquimula, Huehuetenango, Totonicapán, Petén y Sololá. También se ven perjudicadas escuelas de Guatemala, como la de Peronia.
Marta Barcárcel, directora de este establecimiento, señala que cada año la matrícula estudiantil crece, pero no pueden aceptar a todos. El problema no es de espacio, sino de falta de maestros, ya que el presupuesto que les asignan es para pago de salarios, mantenimiento de los establecimientos y de los servicios.
En el centro se imparten los niveles de Preprimaria, Primaria, Básicos y Bachillerato en Computación. No recibir el total de los fondos les impidió contratar a 10 docentes que estarían a cargo de tres secciones: una de preprimaria, una de primaria, una de básicos.
Parte del reto de la escuela es garantizar a los alumnos que tienen a su cargo la continuidad educativa, por eso se procuró abrir el Quinto Bachillerato este año para no descuidar a quienes cursan el diversificado, que actualmente son 102 jóvenes.
Si en el 2020 el recorte presupuestario continúa, Bárcarcel menciona que no podrían garantizar que los 140 menores que hoy están en Tercero Básico puedan seguir la carrera, ya que el grado de Cuarto Bachillerato solo tiene capacidad para 52 alumnos, se requeriría abrir otra sección.
“El Ministerio de Educación no está priorizando la educación secundaria, que es obligatoria, y que debería ser gratuita por derecho”, señala el director de la fundación, pues en el país se tiene alrededor del 80% de la cobertura en primaria, y menos de la mitad en Básicos y Diversificado, y es el sector privado el que se ocupa, en su mayoría, de cubrirlo.
Más afectados
Sofía Gutiérrez, responsable Acción Pública de la fundación, menciona que la institución da educación gratuita, y por esta falta de recursos muchos niños no tienen dónde continuar sus estudios.
Según Cortés, en busca de solucionar el problema conversan con municipalidades de las 12 comunidades que se ven afectadas para que contribuyan a pagar el salario de los docentes que se requiere para no dejar fuera a los mil estudiantes.
Otros de los problemas que enfrenta Fe y Alegría es la alimentación escolar, pues el Ministerio de Educación no beneficia a los niños de estas escuelas, y la falta de presupuesto complica aún más que los menores tengan ese beneficio, que según el director de la fundación la Ley de Alimentación Escolar no los excluye de recibir los Q4 por niño que la cartera reparte. De esa cuenta, 40 de sus centros ya tienen Organización de Padres de Familia para que se haga efectivo el desembolso.
Gutiérrez indicó que en el 2018 únicamente se logró dar alimentación a 3 mil niños del área rural, de los 9 mil que deberían ser atendidos. Lo hicieron con un presupuesto de 60 centavos por alumno. Han intentado ser incluidos dentro del programa de alimentación Escolar del Mineduc, pero no han tenido éxito.
“Me duele mucho mi estómago”. “No desayuné; ayer no comí nada”. Barcárcel ha escuchado varias veces esas palabras de niños de preprimaria, por lo que urgen a que se les incluya en el proyecto de la refacción. En el proyecto son 9 mil 450 los niños los que necesitan de este beneficio.
Educación para todos
El proyecto de las escuelas Fe y Alegría apoya a más de 15 mil estudiantes de escasos recursos de Guatemala. Es un movimiento internacional que se asentó en el país en 1976. Actualmente tiene 49 establecimientos en siete departamentos que imparten los niveles de Preparatoria, Primaria, Básicos y Diversificado con Bachillerato en Computación.
Son 900 docentes los que se encargan de atender a los menores, y 66 de ellos son los que no pudieron retornar a las aulas por falta de presupuesto.
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