Guatemala

MP advierte sobre acumulación de denuncias falsas por robo de vehículos

Las herramientas claves para determinar si se trata de una denuncia falsa son las cámaras de seguridad, especialmente en casos de personas que huyeron del lugar por un accidente.

Investigadores policiales y del MP acuden al lugar donde se ubicó un vehículo con reporte de robo. (Foto Prensa Libre: archivo )

Investigadores policiales y del MP acuden al lugar donde se ubicó un vehículo con reporte de robo. (Foto Prensa Libre: archivo )

Si bien las cifras sobre denuncias falsas en el robo y hurto de vehículos no representan una mayoría, es un problema que mueve recursos y personal del Ministerio Público (MP) solo para descifrar que las denuncias son de personas bajo efectos de licor que quieren librarse de acciones legales o de quienes tratan de recuperar su dinero por un mal negocio, por lo que la institución afinó protocolos y advierte de los delitos que puede incurrir.

Cuando la ley seca volvió a su horario original —1 a 6 a. m.— también regresaron los antiguos problemas, como accidentes, riñas en la vía pública y asaltos, especialmente en las zonas 10, 4 y 1, donde predominan bares y discotecas, refieren agentes de la Policía Nacional Civil (PNC) que cubren esas áreas y que también acuden por denuncias falsas que, afirman, desgastan al personal, provocan el desperdicio de recursos y restan tiempo para investigar casos verídicos donde incluso hay víctimas de violencia.

Según reportes de la PNC, estas situaciones ocurren más durante los fines de semana y tienen que ver con personas jóvenes que, bajo efectos de licor, olvidan dónde estacionaron su automóvil y piensan que se lo robaron, así que la primera acción es acudir a la PNC o el MP para denunciar. En otros casos, los propietarios están conscientes de que solo lo olvidaron y aun así piden auxilio a las autoridades, sabiendo que solo de esa manera será localizado al día siguiente.

Otros colisionan contra señales de tránsito, árboles, postes de alumbrado público o viviendas, y para no hacerse cargo de los daños o ser consignados por conducir ebrios, optan por abandonar el vehículo y acuden a una estación de la PNC para denunciar que fue robado y que seguramente los delincuentes chocaron en su intento de escapar.
También están los casos de quienes vendieron un vehículo pero no les pagaron y piensan que de esa forma las autoridades tomarán cartas en el asunto y lo decomisarán.

Cuando las denuncias son recibidas por la PNC, se giran instrucciones a los agentes que cubren el área donde supuestamente fue robado el vehículo. Momentos después se percatan de que este se encuentra parqueado y sin ningún daño.

Por esta razón, los denunciantes deben recurrir a las instancias para desestimar la denuncia, sobre todo quienes no recuerdan dónde dejaron el automóvil.

Investigaciones

En ocasiones, vecinos de las áreas cercanas a centros de diversión nocturna denuncian que frente a su casa hay un carro abandonado que posiblemente fue robado. Cuando llegan los investigadores se percatan de que, en efecto, hay una denuncia por hurto, pero el trasfondo es que nunca sucedió, y al día siguiente aparece el propietario para desestimar la denuncia en la comisaría. Esta situación no solo ocurre con los vehículos, sino también con las motocicletas.

Carlos Francisco Gómez, de 45 años y que reside en la 6a. avenida y 3a. calle de la zona 1, cuenta que en una ocasión un vehículo de reciente modelo pasó dos días estacionado a una cuadra de su casa, por lo que llamaron a la PNC y fue consignado, pues tenía orden de robo. Un día después tocó a la puerta de su vivienda un hombre de unos 30 años para preguntar si sabían de un automóvil con las características del mencionado.

“Él confesó que había llegado desde Quetzaltenango y bajo efectos de licor no pudo conducir más. Sus amigos le hicieron el favor de llevarlo al hotel donde se hospedaba, pero no les pudo describir dónde había dejado su automóvil. Al principio estaba seguro de que se lo habían robado, porque buscó en lugares aledaños hasta que tuvo noción de dónde lo dejó”, refiere.

Gómez, quien tiene 20 años de vivir en ese sector, señala que no es el primer caso que escucha al respecto, pues es algo que, aunque no llega a denuncias, le sucede constantemente a quienes visitan los bares y discotecas del Centro Histórico.

Protocolos

Klayber Sical, fiscal de sección de la Fiscalía contra el Crimen Organizado, afirma que este tipo de denuncias disminuyeron considerablemente y sostiene que no pasan de tres, debido a que afinaron los protocolos para detectarlas, pues, como parte de los procedimientos, se les advierte a los denunciantes de que hay consecuencias penales y que pueden incurrir en simulación de delitos o denuncia, ya que “faltan a la verdad”.

“No es gran cantidad de denuncias las que se reciben por estas situaciones, pero sí ponen a funcionar a todo el aparato de gobierno, sí ponen a funcionar a las unidades de investigación y es lamentable saber que no es como se denunció, es un expediente más, pero se arriba a la conclusión de que la persona denunció hechos falsos”, indica.
Sical enfatiza que ya no es un número de denuncias desbordado, aunque destaca que un factor que incide es el mal asesoramiento que amigos e incluso abogados dan a los afectados, especialmente en caso de fraude, pues les recomiendan poner la denuncia al considerar que de esa forma recuperará el automóvil.

Castigos

El artículo 453 del Código Penal establece que incurre en acusación y denuncia falsas quien impute falsamente a alguna persona hechos que, si fueran ciertos, constituirían delito de los que dan lugar a procedimiento de oficio.

El artículo 454 señala que cae en simulación de delito quien falsamente afirme ante funcionario administrativo o judicial que se ha cometido un delito de los que dan lugar a procedimiento de oficio o simulare la existencia de pruebas materiales con el fin de inducir a la instrucción de un proceso, por lo que será sancionado con prisión de seis meses a dos años.

ESCRITO POR:

José Manuel Patzán

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad, con 18 años de experiencia en periodismo escrito, radial y televisivo. Reconocido con el premio Periodista del Año de Prensa Libre en 2016.