Era habitual verlo caminar en el centro de Villa Nueva. Desde la colonia Linda Vista, zona 4, hasta el parque central, zona 1 de ese municipio.
Con una sonrisa intentaba pasar las horas pidiendo ayuda a los peatones y a los conductores. Se acercaba a los ingresos del mercado para obtener unas monedas o algo de comer y también llevaba dulces que trataba de vender.
Su carisma, pese al terrible dolor que llevaba dentro, lo hacía destacar entre la gente que compraba en el mercado. Muchos de ellos, además de comprar dulces, le daban dinero y otros, incluso, víveres para que pudiera comer.
Sin embargo, aunque ya de por sí estar mendigando y trabajando a su corta edad era triste, su realidad era mucho peor. El niño nació en Honduras, pero llegó a Guatemala de la mano de su mamá.
Pero ella, lejos de protegerlo, llevó a su casa al hombre que se volvería su peor pesadilla.
Durante el día, la madre, Nerys Yaleni Carranza Ochoa, de 29 años, y la pareja de esta, Noemias García Vásquez, de 20 años, obligaban al pequeño a recorrer las calles pidiendo dinero y vendiendo dulces. Debía juntar a diario una cierta cantidad de dinero.
Si no lo lograba, al llegar a casa le esperaban golpes y maltratos. Cuando los vecinos de Villa Nueva le entregaban víveres, el pequeño era obligado a salir de nuevo a la calle para venderlos con el fin de obtener más dinero, que los padres luego usaban para complacer sus vicios.
Durante el día, mientras estaba en la calle, sus pasos eran vigilados por Milsy Elizabeth García Vásquez, de 22 años, para que no pudiera escapar ni se quedara con el dinero que las personas le regalaban.
Finalmente, los vecinos empezaron a percatarse de las señales de alerta. No se trataba solo de un niño de escasos recursos. Según la investigación realizada por el Ministerio Público, el pequeño era abusado sexualmente por su madre y su padrastro.
Ante la alerta, y después del proceso de investigación, la Policía Nacional Civil allanó la vivienda y capturó a los tres adultos. A la madre y el padrastro se les acusa de trata de personas y agresión sexual con agravación de la pena en delito continuado.
A la mujer que lo vigilaba durante el día, se le acusa de trata de personas.
El niño fue entregado a la Procuraduría General de la Nación, quien iniciará los trámites legales para determinar el futuro del menor.