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“Esto ha sido muy bueno porque no estoy en mi zona de confort que era estar en la casa y ver televisión, salir y aprender me ha hecho sentir mucho mejor. Estuve un tiempo fuera de las actividades porque la bala que me hirió se me movió y tuvieron que operarme, pero ya me recuperé”, precisó
“Hay muchas cosas en que involucrarse, está la música, el baile y el arte”, dijo López.
Profesional
Vivian Lucía Marroquín se graduó de psicóloga y estudió en la academia de música, en donde aprendió a tocar piano y a bailar en silla de ruedas.
“Es una experiencia muy bonita, se aprende de las personas con las que uno convive, esto me ha ayudado para expresarme por medio del arte, el camino ha sido difícil porque no hay muchos lugares donde una persona con discapacidad pueda participar en el arte”, expresó.
“No se rindan no se dejen vencer, uno siempre puede lograr lo que se propone, van a haber barreras, pero uno las supera poco a poco”, dijo Marroquín.
Dibujante
“Fue difícil aprender porque se deben educar músculos que no son usuales usar para otras cosas, pero aprendí a tener mejor control de mis pies, ahora puedo agarrar un lápiz, un pincel y aprendí a hacer dibujos, al principio hacía trazos que no tenían forma pero también entrené mi mente”, dice María Eugenia Nájera, quien aprendió a utilizar sus pies para dibujar.
“Me tardé cinco años aprender, intentándolo una y otra vez, hasta que lo logré, pinto paisajes, flores, frutas, montañas, ríos, lagos de todo”, refiere.
Nájera pasa la mayor parte del tiempo en silla de ruedas por problemas en la columna vertebral, los médicos le dijeron que una operación sería demasiado riesgosa para su vida.
“Puedo caminar un poquito, mi problema viene por una vértebra que se me corrió, ya no me quisieron operar porque es peligroso. Mi mensaje es que salgan adelante y que luchen por lo que quieren, en nuestro país cuesta conseguir apoyo, pero con lucha constante se logra todo”, reiteró.
Superación
Arleny Soto, directora ejecutiva de la fundación Artes muy Especiales, indicó que el objetivo es promover el desarrollo humano de personas con discapacidad para facilitarles el proceso de inclusión social, es por eso que se les enseña teatro, danza, percusión, baile español y danza en silla de ruedas.
“Queremos mejorar su autoestima, darles las herramientas para enfrentar la vida de manera más eficiente”, precisó,
Actualmente la fundación trabaja con mil 500 personas discapacitadas de siete departamentos, aunque han tenido dificultades en los últimos meses debido a la falta de fondos.
Ricardo Anleu, instructor de danza, indicó que los martes y jueves se encuentran en el centro cultural Miguel Ángel Asturias, donde se evalúa la capacidad de las personas y se les dice si pueden ser incluidos en el programa.
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