Cada día a nivel nacional se producen más de tres mil millones de libras de basura, si se suman las estimaciones de las municipalidades, y no hay una ley que obligue a que se aplique un control adecuado, por lo que los desechos son arrastrados hacia los ríos y lagos. Además, el país está cerca de ser demandado en una corte internacional por el exceso de desechos que lleva el río Motagua a una playa de Honduras.
Las disposiciones
El artículo 64 del acuerdo gubernativo 164-2021 estipula que partir del 11 de agosto del presente año los guatemaltecos tienen que clasificar los desechos desde su casa antes de que pase el camión recolector, el cual deberá continuar la cadena de clasificación hasta que llegue al vertedero sanitario, donde los residuos pasarán a ser procesados según la normativa.
Este procedimiento, expresan los ambientalistas, es de “primer mundo” y ahora se convierte en un reto necesario para el país. Sin embargo, la mayoría de guatemaltecos todavía desconoce las disposiciones. Este es el caso de Sandra Morales, de 45 años, quien es propietaria de un pequeño comedor en la colonia El Rodeo, zona 7. A la semana extrae del negocio al menos siete bolsas con basura. Los principales desechos son envases de vidrio, platos desechables de duroport, botellas, tenedores y cuchillos plásticos.
“Había escuchado algo, pero pensé que no era oficial y por ahora la basura le dejo en una sola bolsa. El problema es que si unos cumplen y otros no, nada va a cambiar”, dice.
Más desechos
En Guatemala se estima que cada persona produce al día una libra de basura y mucha de esta termina en vertederos clandestinos que contaminan las cuencas de los ríos, lo que a su vez origina contaminación en los cuerpos de agua, en especial los ríos, aunque también algunos lagos y lagunas. Esta una de las principales razones del acuerdo, pues los congresistas y ambientalistas concuerdan en que será una herramienta para regular el problema que se produce desde la casa y las industrias.
Qué separar
El reglamento de la disposición mencionada indica que se deben separar los residuos orgánicos como restos de comida, cáscaras de fruta, verduras, hortalizas, residuos de jardín, pastos, ramas, tierra, polvo y ceniza.
Por aparte están los productos inorgánicos como papel, cartón, plásticos, vidrio, bolsas de frituras y otros que contengan metales.
Para Alex Guerra, director del Instituto Privado del Cambio Climático, en este momento ni la población y mucho menos las municipalidades están preparadas para comenzar a implementar estas prácticas.
“Eso no quiere decir que un primer paso sea positivo. Será cuestión de tiempo para que las personas y las comunas se adapten a las nuevas responsabilidades que les competen”, afirma.
El obstáculo más crítico, según el analista ambiental, es que aunque separemos los desechos no hay sistemas para procesarlo, y “de seguro los recolectores van a revolver toda la basura en el camión”, anticipa.
Por su experiencia, dice que estos procesos en otros países han llevado hasta 10 años para establecerse, y que para ello es preciso incluir “campañas de concienciación, llamados de atención y hasta penalización”.
Basureros
Datos del Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales (Marn) refieren que se han identificado unos 1 mil 500 basureros clandestinos, muchos formados por los propios vecinos, que prefieren no pagar por el servicio de extracción, y la intención del acuerdo es que las comunas también atiendan este problema.
Adelantados
A pesar de que el desconocimiento de la normativa es evidente en muchos guatemaltecos, existen proyectos de reciclaje que se adelantaron al menos una década, y en los cuales han participado empresas, restaurantes y estudiantes de todo el país.
Haciendo Eco es una de las entidades que este año, durante dos meses, capacitó a cinco mil alumnos de 20 centros educativos de todo el país en cuanto a prácticas para reciclar diferentes productos, y para premiar su esfuerzo y aprendizaje se les obsequió escritorios y columpios fabricados con productos reciclados de botellas plásticas. Algunos de los planteles beneficiados se ubican en Villa Nueva y Villa Canales, por estar cerca de la cuenca del lago de Amatitlán.
Evaluación
La Cámara de Industria de Guatemala y oenegés como Locos por Amati, Empresarios por el Lago de Amatitlán, Nueva Narrativa y el Centro de Investigación por el Agua son algunas de las organizaciones que están a cargo de proyectos que fomentan y certifican la clasificación de basura en industrias y negocios ubicados en los alrededores de la cuenca del lago de Amatitlán.
Con dichas iniciativas, esperan que a finales de este año puedan certificar más de las cinco empresas que fueron evaluadas, y consideran que la entrada en vigencia del acuerdo aumenta el optimismo con la expectativa de que estas prácticas se repliquen a los lugares más lejanos del país.
Jeanne Samayoa, representante de Haciendo Eco, califica de positivo este primer paso, puesto que las empresas certificadas pueden colocar un sello en sus productos con el cual se garantiza que cumplen con la responsabilidad empresarial de no contaminar el medio ambiente.
El conglomerado de empresas y organizaciones también llevan a cabo limpiezas en el lago de Amatitlán, y los desechos son trasladados a recicladoras.
“Una parte se lleva a una cementera y allí los convierten en combustible para sus procesos industriales, ya que el objetivo es que no se vaya nada a los vertederos”, acotó Samayoa.
Si se determina que las empresas evaluadas contaminan con aguas negras o mezclan los desechos, se les recomienda que corrijan esas prácticas y después se evalúan de nuevo hasta que obtengan una certificación que tiene validez por un año.
A juicio de Samayoa, el desafío con las disposiciones gubernamentales es que los desechos entren de nuevo a la economía circular por medio del reciclaje.
“Si nos toca limpiar solo un río o un lago, estamos mal. El gran reto es que uno maneje bien los desechos desde la casa, para evitar esa contaminación”, puntualiza.
Uno de los proyectos de reciclaje de más reciente implementación es el Biobox, en la aldea Santa Inés, Antigua Guatemala, Sacatepéquez, para evitar la contaminación de los ríos Pensativo y Guacalate.
El plan piloto consiste en tener un centro de acopio para reciclar plásticos, cartón, metales, latas de aluminio, botellas de vidrio y papel. La idea es llevar estos centros de acopio a otros puntos de la ciudad colonial.
Los primeros
Cestos fabricados con mimbre, juncos y otras plantas, así como bolsas de papel reciclable, son comunes para llevar carne, frutas o verdura en el mercado de San Pedro La Laguna, primer municipio que en septiembre del 2016 prohibió el uso, venta y distribución de bolsas plásticas y duroport.
Otras 26 municipalidades, de las 340 del país, han seguido el ejemplo mediante acuerdos en sus corporaciones, aunque el camino ha sido difícil por la resistencia de los pobladores, según un informe del Centro de Estudios Urbanos y Regionales (Ceur).
“Se identificó que solo 14, de las 26 municipalidades que en algún momento de su gestión han prohibido la utilización de plásticos y duroport de un solo uso, mantienen la prohibición y están efectuando acciones, en distintas etapas, para su cumplimiento”, cita el informe publicado en el 2022.
Sin embargo, en localidades como Panajachel la voluntad de clasificar los desechos se puede observar en la cantidad de material clasificado que hay en los recipientes que se colocaron en la playa pública. La clave, dicen los vecinos del lugar, es que en cada uno de los toneles hay una descripción de los materiales que deben depositarse.
Por ahora, solo San Pedro La Laguna, Sololá, y San Antonio Aguas Calientes, Sacatepéquez, han avanzado en la prohibición de plásticos y el manejo de desechos y residuos sólidos, indica el Ceur, aunque también califica de positivo que las comunas están retomando acciones que se quedaron en suspenso debido a la pandemia, y otras que recién están empezando a superar el reto de la clasificación como San Marcos La Laguna, Sololá.
Barricada
Este año, la organización sin fines de lucro The Ocean Cleanup, cuya misión es limpiar los océanos de plásticos y desechos sólidos, concluyó una barricada en el río Las Vacas, con la cual afirman tener un buen desempeño durante la temporada de lluvias.
The Ocean Cleanup da cuenta de que hasta el 13 de junio han extraído 856,973 kg de basura —equivalente a 256 camiones—. con lo que prevén contener las inundaciones de basura que fluyen cada año desde ese afluente hacia el río Motagua y de ahí hacia el mar Caribe.
Generación de biogás
En el 2014, la Comisión Nacional de Energía Eléctrica (CNEE) aprobó el proyecto de biogás del vertedero El Trébol que, según la resolución 29-2014, generará 4.8 megavatios (MW).
El mismo suministra un megavatio de energía a la Empresa Eléctrica de Guatemala, S. A. (EEGSA) y forma parte de la diversificación de la matriz energética que se impulsa desde el 2008 para sustituir el uso de combustibles fósiles.
La generadora se encuentra ubicada en la zona 7, a un costado del vertedero, y la forma de operar es que se instalan varios pozos en el relleno sanitario, y por medio de su tubería se aprovecha de forma natural los desechos orgánicos de los cuales se obtiene y traslada el metano.
Cálculos de la comuna capitalina refieren que el relleno sanitario de la zona 3 recibe cerca de 2 mil 800 toneladas de basura al día.
Gas metano
Se forma cuando la materia orgánica se descompone en condiciones de falta de oxígeno, y también se produce en procesos de la digestión y defecación de los animales herbívoros. Es el segundo compuesto que más contribuye al calentamiento global de la tierra, con 15%. El primero es el dióxido de carbono, con 76%, según datos del Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes de España. El proyecto del vertedero está inscrito como Generación Distribuida Renovable, en la cual se pueden incluir las plantas que funcionan con recursos renovables. El biogás está incluido dentro de la biomasa, según la clasificación de la CNEE. Puede tener un máximo de capacidad de 5 megavatios y se debe conectar a instalaciones o redes de distribución.
Dificultades
Para que se cumplan las disposiciones persisten algunas dificultades, manifiestan ambientalistas, no solo para quienes producen residuos sino para los responsables de recolectar, transportar, reciclar y dar el tratamiento final a los desechos, puesto que ya deberían estar haciendo fuertes inversiones para cumplir con el reglamento.
La disposición ordena que las carrocerías de los vehículos que transporten basura deben ser de material resistente a la corrosión y garantizar la hermeticidad, de manera que no derramen líquidos contaminantes que emanen de la descomposición de la basura.
La responsabilidad de las municipalidades es construir estaciones de transferencia de los residuos, que en general deben estar aislados por medios físicos de las áreas de habitación, comercio o cualquier otra actividad humana de concurrencia; tener fácil acceso y estar construidas a distancias específicas de los cuerpos de agua cercanos.
La recuperación de residuos para ser reciclados debe llevarse a cabo en terrenos estables que no estén en riesgo de inundaciones o deslaves, y tienen que contar con barreras físicas para aislar el terreno de los alrededores, y barreras naturales para dispersar olores. La incineración de los desechos sólidos comunes debe ocurrir dentro de las primeras 24 horas a partir de su recepción en la planta, y la temperatura debe estar arriba de 900°C.
La norma también dicta la obligación de que todo el personal que se relacione con el el manejo de la basura debe estar vacunado contra la hepatitis B, el tétanos y la rabia, y contar con áreas de vestidores, duchas y descanso, separadas de donde se procesen los residuos.
Sin prórroga
Las autoridades del Marn manifiestan que un factor decisivo para que funcione la normativa tiene que ver con el liderazgo de cada alcalde para lograr que los pobladores colaboren y valga la pena la inversión que hagan para cumplir con la cadena de reciclaje, de lo que carece la mayoría de comunas.
Héctor Espinoza, viceministro de Recursos Naturales y Cambio Climático del Marn, explica que a pesar de los obstáculos que deben afrontar, no habrá prórroga para lo establecido en el acuerdo, debido a que han cumplido con la divulgación de la normativa por medio de capacitaciones y certificaciones para los alcaldes, en especial en los municipios ubicados en los alrededores del río Motagua.
“Desde hace meses han impartido capacitaciones, asesorías y acompañamiento para que la prórroga no sea la opción. También hemos hecho giras para conocer el trabajo que hacen las municipalidades”, añadió.
Espinoza sostiene que por otra parte tratan de motivar a las alcaldías que no han hecho suficiente inversión.
“Los alcaldes deberán velar porque se cumpla lo establecido, que ellos organicen su etapas o sus procesos, que hagan inversiones básicas y conciencien a sus habitantes para que participen”, enfatiza el viceministro.
En Panajachel, el 60 por ciento de los hogares entrega la basura separada desde el hogar”, asevera, a manera de ejemplo de buenas prácticas.
Los alcaldes fueron dotados de guías para que se orienten sobre la manera en que se debe proceder a la clasificación de los desechos, y depende de cada uno que se cumpla lo establecido en la normativa.
“El sector privado siempre busca agilizar las actividades, para acoplarse. Con las municipalidades el manejo de los residuos es un problema de años que ha sido atendido a medias, y deben dar cumpliento al acuerdo, aunque las administraciones pasadas no hayan hecho inversiones”, hizo ver Espinoza.
Los costos
Adquirir un módulo para procesar los desechos y hacer compostaje requiere de una inversión millonaria.
En mayo último, la Autoridad para el Manejo Sustentable de la Cuenca y el Lago de Amatitlán (Amsa) dio a conocer que se invirtieron Q20 millones para clasificar los desechos y generar energía y abono.
Con este mecanismo, según Edgar Zamora, director ejecutivo de Amsa, los desechos ya no serán enterrados, sino separados y procesados.
“Se producirá energía eléctrica para oficinas de Amsa y el compostaje de la basura será utilizado para producir abono. La primera planta puede hacer una separación de 50 toneladas de desechos por hora. Esto le dará un respiro al vertedero”, manifestó Zamora, quien asegura que en ese vertedero a diario ingresan entre 780 y 1,600 toneladas de residuos. En el 2022 se informó que el vertedero debía ser cerrado debido a que carecía de espacio para más basura.
Sin infraestructura
A pesar de que en Mixco se cuenta con un área para separar los desechos, y se hacen esfuerzos para que los vecinos los clasifiquen, no hay infraestructura para procesar los mismos.
El portavoz de la Municipalidad de Mixco, Mynor Espinoza, refiere que han impulsado una campaña e informado por medio de las redes sociales sobre el proceso de la clasificación de la basura, debido a que hay desconocimiento del tema.
“Los mixqueños no poseen toda la información y de hecho se debería sancionar de inmediato si no cumplen, pero tendremos que socializar más al respecto, en especial con los negocios que se ubican en los centros comerciales”, expuso.
Espinoza reconoció que aunque hay apoyo de las empresas que recolectan los desechos, no disponen de infraestructura para el reciclaje, sino que solo cuentan con contenedores para la clasificación en el área de la colonia El Milagro, zona 6 de dicho municipio.
“No tenemos infraestructura. Por ahora solo comenzamos a instar a la población a clasificar los desechos”, agregó.
El artículo 54 del acuerdo gubernativo estipula que si hay incumplimiento de los compromisos ambientales se sancionará con multa de uno a 40 salarios mínimos mensuales, los cuales se determinarán de conformidad con la gravedad de la infracción y según los parámetros establecidos por el Marn.
El mismo suministra un megavatio de energía a la Empresa Eléctrica de Guatemala, S. A. (EEGSA) y forma parte de la diversificación de la matriz energética que se impulsa desde el 2008 para sustituir el uso de combustibles fósiles.
La generadora se encuentra ubicada en la zona 7, a un costado del vertedero, y la forma de operar es que se instalan varios pozos en el relleno sanitario, y por medio de su tubería se aprovecha de forma natural los desechos orgánicos de los cuales se obtiene y traslada el metano. Cálculos de la comuna capitalina refieren que el relleno sanitario de la zona 3 recibe cerca de 2 mil 800 toneladas de basura al día.