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Al rescate de las casas abandonadas en el Centro Histórico de la zona 1 de la capital

Dar nueva vida a los inmuebles abandonados es una tarea complicada por los procesos legales que enfrenta cada caso.

Fachada de vivienda ubicada en la 13 Calle y 10 avenida de la zona 1 en abandono


Prensa Libre. Erick Avila 27/09/2024

Fachada de una vivienda ubicada en la décima avenida y 13 calle de la zona 1.(Foto Prensa Libre: Erick A´vila)

Precaución, inseguro y peligroso” es la advertencia al caminar junto a una pared de ladrillo que, debilitada por el tiempo y las lluvias, amenaza con caer. El muro pertenece a lo que queda de una vivienda ubicada en la 10a. avenida y 13 calle, en el Centro Histórico, zona 1 de la capital. Esta casa es solo un ejemplo de muchas que comparten el mismo destino, producto de la falta de cuidado de sus propietarios, conflictos entre herederos o, en algunos casos, la ausencia definitiva de propietarios.


Las ventanas y puertas de estas viviendas se han derrumbado. En algunas, los vecinos han cubierto las entradas con tablas, para evitar que personas en situación de calle o delincuentes ingresen en ellas. Sin embargo, esos esfuerzos a menudo resultan inútiles, pues quienes pernoctan en las calles retiran las barreras poco después. Como resultado, maleza, basura y plagas de roedores e insectos invaden lo que alguna vez fue un patio, una sala o un comedor.


El plan


La Dirección del Centro Histórico, institución adscrita a la Municipalidad de Guatemala y creada para frenar el deterioro patrimonial de ese sector, ha logrado negociar con algunos propietarios la restauración de las viviendas. Sin embargo, varias continúan en el mismo estado. Las razones incluyen falta de recursos de parte de los dueños, imposibilidad de localizarlos para negociar, conflictos entre incluso 10 herederos, la ausencia de estos porque están fuera del país, o porque fallecieron.


Las restauraciones no solo buscan rescatar el patrimonio cultural. Algunas viviendas, si bien no están abandonadas, son un peligro para los peatones.


El rótulo colocado en un paredón de la 10a. avenida y 13 calle alerta de riesgos y llama a evitar incidentes como el ocurrido cerca del templo de la Recolección, donde el avanzado deterioro y las lluvias provocaron que el paredón de una vivienda colapsara.


"Las viviendas a veces se deterioran por falta de interés; los propietarios permiten que se desgasten", refiere María José Avendaño, directora del Centro Histórico.


"Además, hay casos complicados de intestados y otros temas legales que impiden a los propietarios recuperar las casas y hacer mejoras", agregó.


Avendaño enfatiza que "no todos los dueños de las viviendas en mal estado son irresponsables", y el problema, en muchos casos, es la falta de fondos, motivo por el cual se les ofrecen opciones. Una de las propuestas es exonerarlos del impuesto único sobre inmuebles (IUSI) hasta por 10 años, para que puedan usar esos recursos en la restauración.


También se les ofrece cubrir los costos del remozamiento si la propiedad es cedida en usufructo o utilizada durante un tiempo determinado para albergar sedes municipales, bibliotecas, museos o centros de capacitación.


Avendaño señala que cada caso es diferente, y en algunos se ofrece el pago de un alquiler justo, pues tampoco sería "equitativo" invertir en la restauración y luego pagarles una renta simbólica.


"No es dinero nuestro y no podemos decidir hacer ese tipo de tratos. En otras ocasiones recibimos donaciones para revitalizar las viviendas; no siempre es la municipalidad la que invierte todo", acotó.

Fachada de vivienda ubicada en la 3 avenida y 15 calle de la zona 1.(Foto Prensa Libre: Erick Avila)


Demanda


A pesar del apoyo que la Dirección del Centro Histórico ofrece para la restauración de las viviendas, no todas las negociaciones son fáciles. Algunos propietarios se niegan a remozar o ceder las propiedades, lo que ha llevado ciertos casos a los juzgados municipales, especialmente cuando existe el riesgo de que las paredes colapsen por falta de mantenimiento.


"Siempre intentamos el diálogo y les sugerimos que, en lugar de gastar en abogados, inviertan en restaurar sus propiedades. Ofrecemos todo tipo de apoyo. El problema es que si se agotan las vías en el Juzgado de Asuntos Municipales, el caso pasa a instancias superiores, lo que complica más el proceso", comenta Avendaño.


"También les aconsejamos que no se arriesguen a realizar mejoras sin los permisos correspondientes, ya que existe un reglamento", añade.


Un ejemplo de convenio es el de una vivienda ubicada en la 7a. avenida y 11 calle. Desde 2006, el propietario no paga IUSI y periódicamente la remodela.


Para hacer restauraciones, los propietarios deben tramitar licencias, como lo establece la Ley de Patrimonio, y contar con el aval del Instituto de Antropología e Historia (Idaeh). En algunos casos también se les exonera del pago de la licencia, para que utilicen el dinero en trabajos de mejoras.


Avendaño recuerda que desde hace 25 años se trabaja en el cuidado del Centro Histórico. Instalaciones como el Palacio de Correos fueron recibidas en total abandono, con cúmulos de basura, goteras y mobiliario deteriorado, refiere.


"La recuperación de viviendas permite habilitar nuevos espacios para exposiciones y abrir las puertas a artistas de todas las edades. Usamos estos inmuebles para otorgar distintos beneficios, y recibimos gente de todas las zonas", afirma.


Revitalización


Según datos de la Dirección del Centro Histórico, hasta hace cinco años había 70 inmuebles deteriorados y abandonados. Sin embargo, en los últimos tres, algunos han comenzado a ser revitalizados. Otros no pueden recuperarse, por problemas legales, y otros más están en proceso. Entre estas viviendas hay algunas de las cuales se desconoce a quién pertenecen, lo que complica aún más su restauración.


Si bien algunos propietarios cuentan con las licencias de construcción, el proceso es lento. Los vecinos de estas viviendas piden que al menos se bloqueen los accesos, pues solo sirven de refugio para delincuentes o personas que viven en la calle. "El problema es que se meten en las casas y usan las paredes para pasar a otras viviendas. Ya nos hemos visto obligados a llamar a la Policía porque hemos visto gente en los techos. Por allí ingresan", aseguran vecinos de algunos inmuebles.


"Otra situación es que hacen sus necesidades fisiológicas dentro de las viviendas. Ojalá las restauraran, porque es muy molesto", comenta Gabriela Aguilar, quien asegura haber observado el deterioro de una vivienda en la 10a. avenida y 13 calle durante más de 10 años.


Para restaurar las viviendas, la Dirección del Centro Histórico impulsa un proyecto que consiste en pintar las fachadas. Desde 2008 se han revitalizado mil 71 fachadas en el Centro Histórico y se repintan en forma periódica.


Este año, la institución también hará una evaluación y modificación del reglamento que regula las restauraciones en las viviendas del Centro Histórico, para evitar confusiones entre los propietarios y aclarar que algunos trabajos, como demoler construcciones antiguas para habilitar parqueos, no están permitidos.


Más dificultades


El exdirector del Centro Histórico Ricardo Rodríguez reitera que la Municipalidad solo puede usar las casas cuando sus propietarios lo autorizan. Además, coincide en que uno de los principales problemas es la falta de acuerdo entre herederos.


"Sucede que la tercera generación de una familia no tiene interés en restaurar o vender la propiedad, ya que son muchos herederos y siempre hay alguno que se opone a las decisiones de los demás", explica Rodríguez.


"Hay otras casas inmovilizadas por orden judicial. Por ejemplo, en la esquina del callejón Del Fino y 2a. calle hay dos casas juntas donde se cometió un crimen. Los propietarios fallecieron y el juicio está detenido, por lo que no hay quien lo reactive", agrega.


El problema de las viviendas abandonadas lleva años. Durante su gestión, Rodríguez contactó a propietarios que residen fuera del país, pero no mostraron interés en volver y recuperar los bienes, a pesar de que se les ofrecieron contratos de usufructo con empresas privadas y universidades.


En uno de los casos, el propietario dejó dos viviendas a nombre de sus hijas, quienes durante muchos años tuvieron desacuerdos por la herencia. Tiempo después se logró contactarlas y comenzó el proceso de restauración.


En qué se convierten


Las viviendas deterioradas o abandonadas han sido remozadas para albergar sedes municipales, museos o academias de música.


Entre los inmuebles restaurados se encuentra la Imprenta Sánchez y De Guise, ubicada en la 8a. avenida 12-58 zona 1, ahora convertida en museo; la Casa Barnoya, en la 10a, avenida y 8a. calle, que entre 1780 y 1792 fue hogar del arzobispo Cayetano de Francos y Monroy, y en la cual hoy se imparten talleres. A un costado de esta hay una vivienda cuyo techo colapsó y no se ha logrado que el propietario la restaure.


Otro de los inmuebles restarados es la Casa Ibargüen, que se encuentra en la 8a. avenida, entre 11 y 12 calles, donde funcionan las oficinas de la Dirección del Centro Histórico y La Teca, una biblioteca gestionada con la Fundación Sophos, en la 12 calle 6-25.


Desde el punto de vista de Mari Carmen Muñoz, investigadora del Centro de Estudios Urbanos y Regionales (Ceur), de la Universidad de San Carlos de Guatemala (Usac), el Centro Histórico ha perdido vitalidad, debido al incumplimiento del reglamento para la preservación del patrimonio.

Muñoz añade que muchas viviendas antiguas se están malutilizando. "El Centro Histórico está sectorizado. En los alrededores del templo de Santo Domingo han proliferado hoteles de paso, y en el Cerrito del Carmen, hoteles dedicados a la prostitución", expone.

Fachada de vivienda ubicada en la 6 avenida y 9 calle de la zona 1.(Foto Prensa Libre: Erick Avila)

ESCRITO POR:

José Manuel Patzán

Periodista de Prensa Libre especializado en temas de seguridad, con 18 años de experiencia en periodismo escrito, radial y televisivo. Reconocido con el premio Periodista del Año de Prensa Libre en 2016.