“Somos una familia de ocho. Mi mamá está a la par. Ellos son siete, y están peor, porque la casa ya está en el aire, pero no tenemos para dónde agarrar”, se lamenta.
En ese lugar se colocaron dos gaviones como prevención. Sin embargo, los moradores aseguran que la medida no es suficiente, porque no se cubre todo el terreno vulnerable, y lo que piden es que la municipalidad les facilite un lugar donde vivir.
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“Todos los años es lo mismo. Nos quejamos con las autoridades municipales, pero no nos hacen caso”, asegura Gómez.
Agregó que, a la angustia de vivir en un lugar en riesgo, se suma el temor por los pandilleros que por las noches bajan a la ribera del río y fácilmente pueden ingresar en las viviendas.
“Este problema ya tiene años. Los alcaldes nos han ofrecido vivienda, pero no lo cumplen. En la noche es cuando más temor hay”, dice Víctor Nicolás Sutuj, quien reside con su esposa y tres hijos en el sector 4, en una vivienda de madera y lámina.
Silvia Gutiérrez, otra de las afectadas, refirió que incluso en una ocasión tuvieron la visita del actual alcalde, pero no volvió a llegar.
“Vino, entro en la casa y hasta se acercó a la puerta que da hacia el río, y por poco se cae”, manifiesta.
Dos versiones
Carlos Chacón, vocero de la Municipalidad de San Miguel Petapa, aseguró que todos los años los vecinos de esos sectores se quejan del problema, a pesar de que ya se les ofrecieron terrenos municipales a donde se pueden trasladar.
“La Conred les dijo que están en zona de riesgo. Se les ofreció traslado a terrenos municipales, pero la mayoría no se quiere ir”, comenta Chacón.
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Patricia González, de la Oficina de Riesgo y Ambiente de la referida comuna, aseguró que no hay más terrenos municipales a donde trasladar a las familias que viven en los lugares de riesgo, y hace tres años únicamente siete familias de los sectores 2 y 4 fueron trasladadas a terrenos municipales en los sectores 7 y 3 de Villa Hermosa.
“Fueron las primeras familias que resultaron afectadas. La municipalidad les entregó láminas y les instaló el agua, pero por ahora no hay más terrenos”, indica González.
Añade que las familias que no han querido salir del lugar en riesgo firmaron un acta en la que aceptan que “siguen en el sector por su cuenta y riesgo”.
La funcionaria explica que constantemente efectúan monitoreos de campo, debido a que persisten las alertas por pequeños derrumbes o agrietamientos, especialmente en las colonias Santa Inés y Portales de Petapa, a la orilla de los ríos Platanitos y Villalobos.
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“Constantemente se tiene comunicación con los consejos comunitarios de desarrollo, por cualquier emergencia. Ellos ya saben que en esta época deben estar preparados”, puntualiza González.
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