El Gobierno limpió a contrarreloj la ruta, que es utilizada por muchos comerciantes que se dirigen del sur a Antigua Guatemala, Sacatepéquez. Un día después de que fuera habilitada, una fuerte lluvia causó que bajaran lahares del coloso y bloquearan de nuevo el paso, con lo que la limpieza se hizo a pasos forzados. Mientras los vehículos ya circulan por San Miguel Los Lotes y muchos automovilistas incluso se detienen a tomar fotografías del área devastada, los sobrevivientes se resisten a dejar la búsqueda de sus familiares desaparecidos en la tragedia.
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Bertilia Hernández García, sobreviviente, busca desde hace 90 días a sus parientes. Según indica, lo hace para cerrar ese círculo de dolor. “Ya encontré a mi mamá, me hace falta encontrar a mi papá. Hemos podido seguir con la búsqueda en la zona cero gracias al apoyo de personas que nos han colaborado con maquinaria, algo que el Gobierno nunca hizo”, manifestó Hernández.
A Domingo Tomás Rodríguez, otro sobreviviente, lo sostiene el objetivo de hallar los restos de sus familiares. “Somos más de 15 familias que seguimos con la esperanza de encontrar los restos de nuestros parientes; es una ingratitud”, expresó.
Antigua al Rescate, organización que nació a raíz de la tragedia, para apoyar a los damnificados, mantiene las labores de búsqueda de unas 70 familias, alrededor de 300 personas, pues cada hogar era de cuatro a cinco integrantes.
Los números que maneja esa organización no concuerdan con las cifras oficiales. Fernando Barillas, uno de los voluntarios, explicó que solo ellos han rescatado 175 cuerpos y calculan que en San Miguel Los Lotes aún hay sepultadas dos mil 900 personas.
“El día de la tragedia había varias celebraciones con gente que no era de San Miguel Los Lotes. Había dos piñatas y actividades religiosas en iglesias evangélicas”, comentó Barillas.
El voluntario se quejó de la falta de apoyo gubernamental y de la forma “inhumana e indolente” como, el Gobierno ha manejado la tragedia, porque “les ha dado la espalda a estas familias”.
Aseguró que ese colectivo también mantiene cuatro albergues en funcionamiento, en los cuales brinda asistencia a 300 personas.
Al respecto, el portavoz de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred), David de León, expuso que se convocó a la Fundación de Antropología Forense para que participe en las reuniones y que existe un proyecto para buscar los cuerpos, pero por tratarse de un proceso de exhumación y se necesitan recursos aún no saben cuándo podría comenzar a ejecutarse.
Hasta ahora se han contabilizado 169 muertos por la tragedia. El Instituto Nacional de Ciencias Forenses (Inacif) da cuenta de que se han identificado y entregado a familiares 166 fallecidos, y otros tres murieron en el extranjero.
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El Inacif cuenta 290 casos ingresados, que no necesariamente son cadáveres porque los restos de más de un caso podrían ser de una misma persona.
La institución continúa su trabajo en el centro provisional de identificación humana de la cabecera de Escuintla y hasta ahora ha practicado más de cuatro mil exámenes científicos —de genética, antropología forense, medicina forense y pruebas dactilares— para identificar a las víctimas.
Además, la Conred informó que la cifra de personas desaparecidas es de 256; la mayoría de San Miguel Los Lotes, área más afectada por la erupción y cuya geografía cambió drásticamente.
Albergados
Varias comunidades fueron declaradas en riesgo y sus habitantes permanecen albergados. Edwin López, líder comunitario de Santa Rosa, vive junto a más familias en la Escuela Murray D. Lincoln, zona 2 de Escuintla, pero refiere que los padres de los estudiantes de ese establecimiento han empezado a manifestar descontento por las condiciones en que sus hijos reciben clases.
“Entendemos a los padres, pero nosotros queremos tener la seguridad de que no corremos riesgo si regresamos a nuestras casas. Las autoridades no nos reubican y no tenemos a dónde ir”, dijo López.
Marlene Monterroso, directora departamental de la Secretaría de Obras Sociales de la Esposa del Presidente en Escuintla, indicó que la tragedia ha sobrepasado los niveles de respuesta de las instituciones de gobierno, pues durante otros desastres naturales las personas afectadas han sido albergadas por períodos cortos.
La funcionaria agregó que en la finca La Industria se han construido 200 de los mil albergues temporales unifamiliares (Atus) proyectados.
“Los Atus terminados están ocupados por sobrevivientes de Los Lotes, se trabaja en el resto de estos, pero hay condiciones, como el clima, que han dificultado que se avance con mayor rapidez, pero consideramos que se terminarán lo antes posible”, indicó.
Pérdidas
Según el informe de la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal), la erupción dejó pérdidas por Q1 mil 636 millones, equivalentes a un 0.3 por ciento del producto interno bruto del año pasado, de los cuales Q195 millones impactaron al sector público y Q1 mil 441 al privado.
Los principales renglones de pérdidas se registran en el sector productivo, con Q1 mil 34 millones; turismo y comercio, Q580.3 millones; agricultura, Q447 millones; vivienda, Q330 millones; e infraestructura, Q102 millones.
De acuerdo con el informe publicado en julio por la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), el 86 por ciento de las personas afectadas que permanecían en albergues perdieron su fuente de trabajo o su negocio, mientras que el 43 por ciento se quedó sin terreno para continuar con sus actividades agropecuarias. Además, el 13 por ciento afirmó tener intenciones de migrar de forma ilegal, por la tragedia volcánica.
Datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga) refieren que la erupción afectó los cultivos de 21 mil familias y dejó pérdidas por Q33 millones en Escuintla y Siquinalá.
Los agricultores afectados están preocupados porque las siembras eran su único medio de subsistencia.
Felipe de Jesús Rodríguez, agricultor sobreviviente de San Miguel Los Lotes, perdió dos manzanas de cultivos.
“Más de 20 manzanas de cultivo de frijol y maíz quedaron bajo el material volcánico en las comunidades de San Miguel Los Lotes, Santa Rosa, El Barrio y El Rodeo, que fueron las más afectadas, mientras que en Don Pancho, La Trinidad, Lucerna, Guadalupe, El Zapote, Ceylán, San Andrés Osuna, Chuchú y La Rochela los cultivos se quemaron, por la caída de ceniza”, manifestó María García, lideresa comunitaria de Lucerna.
“Teníamos más de 30 años de no ser afectados de esta forma. Hoy todo fue grande. Ojalá las autoridades nos brinden apoyo para recuperarnos de este problema, porque más del 90 por ciento de las familias nos dedicamos a la agricultura en el sector y nos hemos quedado sin nada”, comentó Gustavo Galindo, agricultor.
“Más de cinco manzanas de café fueron dañadas y mil árboles que tenía en el almácigo, para ser comercializados y resembrar, se perdieron. Calculo mis pérdidas en unos Q100 mil. Tengo que pagar al banco, porque lo había pedido prestado para trabajar este año”, dijo Francisco Sánchez, caficultor.
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Toribia Jacinto, también afectada, expresó que más de 25 manzanas de cultivo de banano fueron dañadas por la caída de ceniza. Las plantas se quemaron y varios frutos que estaban en proceso de maduración se perdieron. Esto ha causado pérdidas de varios miles de quetzales para los productores y para más de 500 familias que se dedican a la venta de ese fruto en los mercados locales.
También se quemaron varias plantas de hoja de maxán que se cultivaban en las faldas del volcán y luego se llevaban a vender a los mercados. “Será difícil que se vuelva a recuperar, ya que es frágil”, añadió Jacinto.
Samuel García, otro afectado, comentó que del cultivo de maíz que tenía se perdió una parte, por la ceniza del volcán, y lo poco que había quedado se terminó de perder por la sequía.
“Ahora no sabemos qué vamos a hacer con nuestras tierras, el exceso de arena ha contaminado el suelo. Sería bueno que las instituciones del Gobierno nos dieran capacitación para saber cómo atender este tipo de situaciones”, dijo García.
Héctor René Bachez, delegado del Maga en Escuintla, aseguró que pasada la erupción procedieron a monitorear las pérdidas para apoyar a los afectados.
“Nos dimos cuenta de la magnitud de los daños en los cultivos de maíz, frijol, café, banano y la hoja de maxán. Luego se les ha brindado apoyo con bolsas de víveres a las familias que se quedaron en sus casas, y también se les han entregado herramientas de labranza y gallinas ponedoras”, aseguró Bachez.
Alfredo Brito, secretario de Comunicación Social de la Presidencia, negó que el Gobierno haya dado la espalda a los afectados, y citó como ejemplo el acompañamiento a las familias en cuanto a la educación y salud de los niños y el bono de reactivación económica, por Q3 mil 500, que el Ministerio de Desarrollo Social entregará durante 10 meses, a partir de mañana.
El funcionario añadió que se han brindado becas, oportunidades de empleo y asistencia agrícola a las familias afectadas. Respecto de la búsqueda de cuerpos, aseguró que con familiares y la Fundación de Antropología Forense se brinda asistencia integral y se continúa con el proceso de identificación y apoyo sicológico.
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