Expresaron que esta situación ha provocado que los boquetes que se abrieron en las bordas todavía sigan anegando calles y viviendas de las comunidades, así como zonas de cultivos.
Aníbal Peña, agricultor afectado de la aldea Santa Marta del Mar, señaló: “Se han anegado siembras de maíz, plátano, banano y yuca. También pastizales donde se alimenta el ganado, por lo que consideramos que tendremos mucha pérdida, la cual no hemos podido cuantificar, porque el agua no ha bajado”.
Alberto Medrano, poblador de la aldea Santa Odilia, de ese municipio, resaltó que hace semanas el agua del Coyolate dañó la ruta de ingreso a esa aldea, porque provocó que un quinel —zanja extensa y profunda— sobrepasara su nivel, y hasta ayer las autoridades municipales no habían resuelto el problema, por lo que vecinos solo pueden cruzar a pie, con el riesgo de ser arrastrados por la correntada.
Patricia Vásquez, vecina de la aldea Canoítas, expresó: “Aunque se inundaron las viviendas decidimos no ir a algún albergue, ya que tememos perder nuestras pertenencias. Lo que necesitamos es agua pura, pues los pozos artesanales se contaminaron. Carecemos del líquido entubado”.
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