Los ríos son desviados por industrias de caña y beneficios de café, así como granjas de aves y porcinas.
El cambio climático es otro factor que incide en la desaparición de los ríos, según Macario García, de la Oficina Forestal y Ambiental de Oratorio, uno de los municipios del Corredor Seco. En esta comunidad se prevé la creación de un vivero forestal, con la participación de los consejos comunitarios.
El río Sis es desviado por el Ingenio Tululá, y finqueros del sector utilizan el afluente Icán para regar sus siembras de caña, lo que afecta a las familias que no cuentan con servicio de agua entubada, denunciaron dirigentes comunitarios de Cuyotenango, Suchitepéquez.
Las comunidades más afectadas son Cantón Chacalté Aparicio, San Isidro y la aldea El Progreso.
Los líderes intentaron dialogar con representantes del ingenio, pero estos se negaron, por lo que se presentó una denuncia en el Ministerio Público, indicó Eligio Díaz, dirigente campesino.
El proceso está en el expediente MP 137-2015-203212ADM, por los delitos de contaminación industrial y usurpación de aguas.
En tanto, más de 30 kilómetros del trayecto que recorre el río Madre Vieja se encuentran áridos, debido a que la agroindustria de la palma africana y la caña de azúcar los desvían para irrigar sus siembras.
Una situación similar ocurre con el caudal del río Coyolate, lo cual afecta a miles de pobladores de Nueva Concepción, Escuintla.
Los afectados aseguran que el problema data de hace 25 años, y desde entonces padecen de sequías en verano y de inundaciones en invierno.
Marco Antonio del Cid, líder de Nueva Concepción, enfatizó que llevan 16 años sentados en mesas de diálogo que no han dado resultados. Sus quejas tampoco han encontrado eco en el Ministerio Público, afirmó.