La carrera en Santa Lucía
Por 115 años consecutivos se organizan las carreras de caballos en Santa Lucía Cotzumalguapa, Escuintla. La actividad forma parte de la feria patronal, en honor de la Virgen de Santa Lucía. La asistencia es gratuita para los niños, y los adultos pagan Q50. El evento es este lunes, a las 13 horas.
César Alvarado, comunicador de la localidad, informó que es una tradición familiar asistir al hipódromo Ricardo Muñoz Gálvez en Navidad, para presenciar las carreras y admirar ejemplares pura raza de caballistas nacionales, mexicanos y salvadoreños.
La tradición data de 1902, cuando se organizaban las carreras en improvisadas pistas, con caballistas del sector. Entonces se utilizaba la 1a. calle del municipio, que era de tierra, luego la actividad pasó a terrenos de la finca Las Ilusiones, que fueron cedidos a la Municipalidad.
En 1920 se construyó el hipódromo y en 1962 se ampliaron la tribuna, las graderías de sol y palco. El recinto, que cuenta con más de 60 caballerías, muro perimetral, pista de 800 metros y parqueo, aloja a más de siete mil espectadores.
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Doris Aguilar, vecina, dice que prefiere ver las carreras que viajar, porque son alegres, y así cambia la rutina de visitar balnearios, como la mayoría de personas. Además, organizan pequeñas apuestas.
Carmelo Morán, poblador, afirma que es un espectáculo ver caballos bien cuidados y a los jinetes con sus atuendos. “Es más tranquilo, pues las carreteras están colapsadas por viajeros, lo que las hace peligrosas”, expresó.
Un convite
Desde el 2004, el Convite Femenino Olintepequense es parte de las tradiciones de Navidad, en Quetzaltenango. Con trajes coloridos y máscaras peculiares, 26 niñas y jóvenes, organizadas en 13 parejas, sorprenderán este año al público con su talento.
A diferencia de otros grupos, el Convite Femenino Olintepequense no recorre el municipio; se presenta en el centro. Esa decisión la tomaron porque se dieron cuenta de que horas antes del acto las mujeres embarazadas y ancianos llegaban temprano para ocupar un lugar adecuado en las calles.
Cada 25 de diciembre, vecinos de Quetzaltenango y del occidente del país se apuestan frente al templo católico, en el centro del municipio, para compartir en familia un momento de felicidad y tradición. Hoy, la cita es de 15 a 20 horas.
“Bailar un son o un vals y producir alegría en las familias es nuestra mayor motivación”, dice Flor de María Zacarías, fundadora del grupo.
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Como parte de la tradición, cada año presentan un traje nuevo, elaborado por ellas mismas o por sus madres.
Este año participará Ronald y sus Bravos, que se encargará de la música, de 15 a 20 horas.
En el 2005, el convite estuvo a punto de suspender su presentación, por los daños que causó la tormenta Stan, pero el público lo pidió porque necesitaba olvidar los problemas por un momento y pasar una tarde alegre. “Las personas necesitan un espacio para distraerse”, dijo Zacarías.
El batido
El batido, bebida preparada con cáscara de piña en trozos grandes, carambola, canela, tamarindo, jengibre, pimienta gorda y azúcar, es tradicional de Chimaltenango durante las fiestas de fin de año.
Esta bebida se sirve en batidores y se le agrega pinol. Desde hace muchos años se acostumbra preparar en diciembre y hasta el Día de Reyes. Se puede comprar en el parque central y otros lugares.
La vecina Irene Muñoz de Argueta, de 60 años, probó el batido desde que era pequeña y luego de varios años aprendió a prepararlo. Ahora lo vende cerca de su vivienda durante esta época.
“Antes era una de las pocas bebidas que se consumían para esta fecha. Las personas de mayor edad dicen que aparte del batido solo se preparaba el chocolate. Cuando era pequeña e íbamos a visitar a familiares o amigos de mis padres, para estas épocas, nos servían tamales, chuchitos u otras comidas, pero acompañadas del batido. La mayoría de personas siguen consumiendo esta bebida, que es muy rica y con sabor especial”, refiere.
Luis Álvarez, historiador local, comenta que esta bebida no es propia del departamento, pero se consume durante noviembre y diciembre, en especial alrededor de las fiestas de Concepción y Guadalupe.
Tradicionalmente se tomaba en jícara tallada -tecomate negro-, lo cual ha cambiado. En la mayoría de hogares chimaltecos, el batido acompaña platillos de temporada y de otras celebraciones.