Para llegar a Belice hay dos vías de acceso. La primera es por El Rodeo, Escuintla, allí se debe tomar un camino largo donde solo transitan vehículos de doble tracción y se llega en dos horas. El segundo acceso es por Siquinalá, donde se toma la carretera de terracería hacia El Capulín. Esta ruta es la más corta, pero también solo es posible llegar en un todoterreno. El trayecto dura 40 minutos, aproximadamente.
En ambos accesos, las cosas se complican en tiempo de lluvia, pues se forman lodazales y los ríos aumentan su caudal, lo que constituye un peligro para quienes se atreven a cruzarlos.
Belice carece de infraestructura, pues sus calles son de tierra y tampoco tienen drenajes, por lo que las aguas servidas corren por algunas de estas. En la comunidad hay energía eléctrica, pero por las noches las calles lucen oscuras, porque apenas hay tres lámparas de alumbrado público.
Solo hay una escuela de primaria y quienes quieran continuar con su educación deben ir a la aldea El Níspero, Siquinalá, donde se ubica el instituto de básico más cercano, aunque por lo general el cupo es limitado. Y pensar en estudiar una carrera es algo casi imposible para los vecinos, pues la falta de recursos es una de sus principales limitantes para movilizarse a la cabecera.
Otro de los problemas es la falta de transporte público. Un único bus sale a las 7 de la mañana de Belice hacia Siquinalá y regresa al mediodía, por lo que quienes no llegan a tiempo deben ingeniárselas para llegar a la aldea.
“Debemos estar atentos al horario del bus que nos cobra Q10, porque de lo contrario nos quedamos y tendríamos que pagar un fletero para retornar a nuestra casa y es más caro. Cobra entre Q15 y Q20 por persona” dijo Carmen Pérez, pobladora.
Gregorio Luis Pashel, poblador de Belice, comentó que llegó junto a sus padres a esa comunidad cuando tenía un año. “En aquellos tiempos solo había, según me contaban mis padres, como tres casas”, refirió.
El líder comunitario resaltó que hace seis años instalaron la energía eléctrica y que antes de eso utilizaban candelas y candiles. “La comunidad cuenta con una avenida principal y seis calles, todas de terracería, tenemos solo tres focos para el alumbrado público, pero solo dos funcionan y eso que yo tuve que dar dinero para comprar una bombilla”, comentó.
Pashel también dijo que tienen un “serio problema territorial” que los mantiene en el subdesarrollo, pues el territorio pertenece a Escuintla, pero debido a la cercanía se avecindaron a Siquinalá.
“En tiempos de elecciones por aquí desfilan candidatos a alcalde, diputados, toda clase de políticos, pero pasadas las elecciones ya nadie se asoma por aquí”, resaltó Pashel.
Agregó que pagan impuestos a la comuna de Siquinalá, quienes en un tiempo les apoyaban, pero debido a que el territorio pertenece a Escuintla los han dejado en el abandono.
“Ellos -la municipalidad de Siquinalá- se quedan con el pago de la tasa municipal y con el pago del Impuesto Único Sobre Inmueble y pese a ello no nos hacen ningún proyecto, porque, según la Contraloría General de Cuentas (CGC), eso sería malversación de fondos, pues no somos de Siquinalá, pero bien que nos cobran”, añadió.
Julio López, facilitador judicial, comentó que su trabajo es impartir justicia en casos leves en la comunidad, pues debido a lo alejado de la ciudad nadie puede acudir a un juzgado para solventar ese tipo de problemas.
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“Me ha tocado resolver algunos problemas entre familias, así como cuando un animal hace algún perjuicio en las siembras debo mediar entre las personas para evitar los conflictos, cuando son cosas más delicadas deben ir hasta los juzgados de Escuintla”, refirió.
López comento que ese abandono les afecta también en lo laboral, pues aseguran que en relación a los salarios no hay quien verifique que se cumpla con el salario mínimo. “Aquí solo se puede trabajar en la agricultura y hay gente que gana Q400 a la quincena”, señaló López.
En el departamento de Compras de la municipalidad de Siquinalá, personal de esa dependencia indicó que en años anteriores si apoyaban a los vecinos de Belice, pero debido a los cambios en el sistema de compras tuvieron reparos de parte de la CGC, lo que ahora les impide invertir en esa aldea.
En la oficina donde se cobra el Impuesto Único Sobre Inmueble de Siquinalá comentaron que el problema radica en que aun hace falta que el Registro de Información Catastral (RIC) haga el trabajo de limitación del municipio para tener certeza sobre qué comunidades pertenecen a Siquinalá.
Los funcionarios señalaron que los vecinos si están avecindados a Siquinalá, por lo que solo esperarían que el RIC determine la situación territorial y los proyectos llegarán a Belice.
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