Ciudades

Bajo nivel de ríos en todo el país enciende las alarmas

Monitoreo del Insivumeh establece que seis ríos tiene déficit hídrico. Disminución de cauce se debe a degradación, contaminación y uso irresponsable en cultivos. Sequía atenta contra la salud de las personas.

El caudal del río Los Plátanos, Sanarate, El Progreso, se ha reducido en el 80 por ciento, según vecinos del lugar.

El caudal del río Los Plátanos, Sanarate, El Progreso, se ha reducido en el 80 por ciento, según vecinos del lugar.

El más reciente reporte del estado hídrico de los ríos que efectúa el Instituto Nacional de Sismología, Vulcanología, Meteorología e Hidrología (Insivumeh) destaca el bajo nivel de seis afluentes, entre los cuales destaca el río Polochic, por la zona de Panzós, Alta Verapaz, que registra 33 centímetros abajo del mínimo.

El Insivumeh solo monitorea una parte de los ríos, por lo que en un recorrido que hizo Prensa Libre en varios municipios constató que varios afluentes, arroyos y riachuelos desaparecieron.

“Es una situación dramática que viene de hace varios meses”, explicó Edy Sánchez, director del Insivumeh.

  • Río Sis, Suchitepéquez; nivel actual, 29 cm —el mínimo es de 61 cm y máximo, 2.25 mt—.
  • Madre Vieja, Suchitepéquez: nivel actual 14 cm —mínimo 38 cm y máximo, 4 m—.
  • Polochic, Panzós, Alta Verapaz: nivel actual 48 cm —mínimo 1.17 m y máximo, 3 metros—.
  • Usumacinta, Las Cruces, Petén: nivel actual 4.50 m —mínimo, 4.82 m y máximo, 10 m—.
  • Machaquilá, Poptún, Petén: nivel actual 79 cm —mínimo, 79 cm y máximo, 2.5 mt—.
  • Chixoy, Chisec, Alta Verapaz: nivel actual 10 cm —mínimo, 13 cm y máximo, 3 m—.

El río Polochic tiene un caudal con profundidad máxima de tres metros, y la mínima en verano es de 1.17; sin embargo, en la medición del jueves último solo registró 0.84 m de profundidad.

Otro caso es el río Sis, que nace en las faldas del volcán Santa María, Quetzaltenango, y abastece a vecinos de tres municipios de Suchitepéquez y dos de Retalhuleu.

En la medición que hizo el Insivumeh en La Máquina, Suchitepéquez, solo registró 29 centímetros de profundidad, y el mínimo es de 61.

Los casos más dramáticos se reflejan en Huehuetenango, Petén, Sololá, Quiché, Jalapa y Chiquimula, donde varios ríos han perdido la totalidad de su caudal, como el Jalapa, en el solo se ven las rocas que fueron arrastradas en la época de lluvia.

Rolando Gómez, delegado de la Fundación para la Conservación y el Ecodesarrollo (Fundaeco) en Huehuetenango, dijo que las variaciones climáticas aumentan la demanda de agua y el recurso cada vez es más escaso.

Pedro López, delegado del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Alimentación (Maga) de Santa Rosa, expuso que también se debe a malas prácticas en el uso del agua en cultivos y la aplicación de insecticidas y herbicidas que dañan el ambiente.

Byron Orozco, delegado del Ministerio de Ambiente en Escuintla, señaló que es urgente el rescate de afluentes y que se logra con programas de reforestación en las cuencas, para que ayuden en la retención del agua de lluvia.

Vecinos alarmados

Pobladores afectados están preocupados y se sienten amenazados por la falta de agua en los próximos meses, debido al descenso del caudal en los ríos, de los cuales dependen muchos para el consumo y actividades agrícolas.


Antonio López, de Chiantla, Huehuetenango, lamentó que el río Selegua, que baja de la Sierra de los Cuchumatanes, ahora sea un “desagüe”.

“Hasta los años de 1990 era un río caudaloso. Ahora se ha visto seriamente afectado por problemas ambientales y podría desaparecer. Dependemos del agua del río para el consumo y para el cultivo de maíz y frijol”, expresó López.

Jorge Sánchez, originario de la cabecera de Retalhuleu, dijo que apenas estamos en marzo y los ríos están afectados por la sequía. “Somos los culpables. No cuidamos el medioambiente. Debemos recurrir a pozos artesanales”, señaló.

Rony Cordero, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo de La Ceiba, Oratorio, Santa Rosa, dijo que le preocupa el descenso del caudal de los ríos Margarita y Los Esclavos.

“Vecinos de varias comunidades nos vemos afectados. De estos ríos dependen nuestros cultivos de maíz, frijol, arroz y maicillo”, recalcó.

Vivir con poca agua

La población que depende de la agricultura para vivir es la más afectada por esta crisis. Es un grave riesgo para la seguridad alimentaria, según la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, en inglés).

Esa entidad promueve en el Corredor Seco el uso responsable y sostenible del agua y ha impulsado proyectos de huertos comunales a base de agua de lluvia en varias comunidades de Jocotán y Camotán, Chiquimula.

Otto Cabera, delegado de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres en Jalapa, recomendó hacer buen uso del agua para paliar la escasez. Además, instó a estar atentos a los problemas de salud que podría generar la sequía en los ríos, porque generan malos olores y proliferación de insectos.

  • Suchitepéquez

Buscan evitar conflictos

Representantes del Gobierno, la agroindustria y sociedad civil recientemente   inspeccionaron el caudal de los  ríos de Suchitepéquez y acordaron hacer uso razonable de ese recurso para evitar conflictos.


Rodrigo Chay, delegado del Ministerio de Ambiente en Suchitepéquez, informó que recientemente se hizo  un recorrido en la cuenca de los  ríos Nahualate y Sis, y descubrieron que la agroindustria hace uso del recurso, pero de acuerdo co el permiso que poseen.

“Se formó una mesa técnica  integrada por las agroindustrias de palma africana, caña de azúcar, banano y líderes de comunidades cercanas a los ríos. Creo que hay armonía y consenso sobre el uso racional del líquido”, expresó Chay.

Jorge Braulio, presidente del Consejo Comunitario de Desarrollo de  El Progreso, Cuyotenango, reconoció que la utilización del  agua es equitativa.

Francisco García, auxiliar de la Procuraduría de los Derechos Humanos, lamentó que en varias zonas donde pasa el afluente hay  desfogue de drenajes, por lo que sugirió una política sobre el uso de los ríos.

Carlos Cabrera, representante del ingenio El Pilar, dijo que utilizan el agua de acuerdo con el nivel que presenta el afluente, para evitar conflictos.

“Como Asazgua (Asociación de Azucareros de Guatemala), tenemos programas de inversión que buscan mejorar la eficiencia en los cultivos de azúcar, con el afán de consumir menos agua de los ríos”, dijo Cabrera.

  • EXPERTOS

“Mínimo normal”

Mónica Cueto, jefa del Departamento de Investigación y Servicios Hídricos del Insivumeh, informó que la reducción del caudal de los ríos no es de ahora, sino  parte de la disminución gradual  que se registra en los últimos años.

“Lamentablemente hay ríos afectados por la degradación, pero no se puede generalizar. Algunos bajaron de nivel, como el   Madre Vieja, que todo el año pasado tuvo déficit hídrico, pero se debe a ese fenómeno”, dijo.

“No puedo ocultar que estamos en alerta. De hecho, el año pasado cerramos una estación de medición en el río Samalá porque ya no pasa agua en esos lugares y eso afecta a las poblaciones, pues ¿qué agua tomarán los vecinos y con qué regarán sus cultivos?”, señaló.

Cueto añadió que es necesario actualizar registro del caudal de los ríos que  corresponden al departamento que dirige, pero solo cuentan con tres profesionales y no se dan abasto para cubrir la totalidad de los afluentes.

Del Maga

Rudy Vásquez, director de Información Geográfica del Maga, que tiene a su cargo el monitoreo de los recursos hídricos del país, considera que los niveles de los ríos están en mínimos, pero es normal porque ya se ha llegado a mitad de la estación seca.

“Quizá baja el nivel porque ahora hay más riegos, a lo que se suman los efectos de la deforestación, pero el comportamiento actual de los ríos es normal”, enfatizó.