Por lo anterior, personal del Conap de la Región Costa Sur coordinó con la Unidad de Gestión Ambiental de la Municipalidad De Nueva Concepción 2020-2024, quienes atendieron la emergencia.
La tortuga tuvo que ser trasladada al Centro de Rescate de Zoológico en Hawaii, Monterrico, para poder hidratarla bajo supervisión y monitoreo. Luego, fue trasladada al Centro de Conservación Marina AGHN.
“Se trasladó para su recuperación y cuidados, debido a los graves golpes recibidos en el cráneo y apertura en el útero, por lo que su estado de salud al momento sigue siendo delicada”, afirmaron los rescatistas.
Las autoridades de Conap hicieron un llamado a la población, pero en especial a quienes viven cerca de las playas, para que respeten el ciclo de reproducción de las tortugas marinas, no golpearlas para extraerle los huevos, como un acto de crueldad a dichas especies.
También, invitaron a los ciudadanos responsables a denunciar a los responsables de este tipo de acciones para evitar dañar a la fauna marina.
Los codiciados huevos de parlama
Alex Guerra, director general del Instituto Privado de Investigación sobre Cambio Climático (ICC) explicó que existen tres especies de tortugas que vienen a Guatemala dos marinas y la parlama, que es la más común.
La temporada de huevos de parlama en las playas guatemaltecas es de julio a septiembre, cuando vienen a poner sus huevos.
El profesional comentó que la tortuga deposita sus huevos en las playas y se caracteriza porque de adultas regresan, y generalmente, ponen sus huevos en la misma playa en la que nacieron.
Luego de poner los huevos regresan al mar, y es cuando la mayoría muere porque son alimento de otros animales depredadores, por esa razón solo algunas llegan a ser adultos.
“Ponen su nido y en 50 días nacen y regresan inmediatamente al mar. En Guatemala para muchas familias que viven en el litoral pacífico es parte de su medio de vida y recolectan los huevos o los consumen, pero la mayoría los venden”, dijo Guerra.
Por cada huevo de parlama pagan Q1 en el mercado y si son trasladados a la capital sube un poco el costo, “pero no justifica la crueldad animal”, agregó el profesional.
“Por ley se había prohibido la colecta de huevos, pero el Conap sacó un permiso para la persona que tuviera nido de tortugas debía llevar el 20% de lo recolectado a un tortugario”, dijo Guerra.
Durante la temporada hay voluntarios, que vigilan a las tortugas por la noche y cuidan de los huevos para llevarlos a un tortugario, pero si lo ven los comunitarios se los quedan.
Hasta la fecha se han logrado rescatar 270 mil huevos y se han regresado al mar como 250 mil aproximadamente.