Aunque las donaciones de alimentos y agua pura abundan, la preocupación de las familias radica en que muchos de estos son perecederos, por ejemplo, embutidos, frutas frescas y verduras, insumos que necesitan refrigeración.
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Otros alimentos necesitan ser cocinados, por lo cual se necesitan una estufa. En Escuintla hay albergadas más de mil 500 personas, confirmaron autoridades de la Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred).
“Necesitamos ropa íntima para podernos cambiar, necesitamos bañarnos”, expuso María Rafael Hernández, al contar que una mujer, madre de un niño que lloraba en el albergue en brazos de otra, había regresado a la Colonia Santa Rosa en busca de esos insumos.
“La situación es dura, no hay palabras para expresar lo que estamos viviendo. Yo antes decía cuando vi a los albergados del Cambray, ‘pobre esa gente’ y ahora lo entendemos, porque estamos viviendo lo mismo”, relató Concepción García, quien logró sobrevivir, pero perdió a siete familiares.
La erupción del Volcán de Fuego devastó comunidades aledañas cuando entró en erupción el pasado domingo.
Las cifras oficiales indican que han fallecido 75 personas y que hay desaparecidas casi 200.
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Aunque en los albergues de Escuintla se encuentran los sobrevivientes de la tragedia, estos recibieron más gente desde el martes pasado, cuando la Conred alertó de, probablemente, descenso de material volcánico en al menos cinco comunidades.
Se evacuaron La Reyna, El Rodeo, Cañaveral 1 y 4, Hunnapú y Magnolia. Aparte el acceso hacia la Ruta Nacional 14 por la autopista Palín-Escuintla, está restringido.
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