Luis Fernando era el ayudante y Antonio, el piloto. Nunca imaginaron que una persona que les hizo la parada en el kilómetro 56, de la ruta al Atlántico, en la aldea El Upayón, Sanarate, El Progreso, tenía intenciones de atacarlos. El desconocido disparó en repetidas ocasiones contra el ayudante, por lo que se presume que la embestida era directo, informaron fuentes oficiales.
“Descozco si mi hermano tenía enemigos. El hombre disparó directo contra él y se dio a la fuga”, informó el pariente del ahora fallecido. El momento del ataque, el vehículo transportaba a unos 10 pasajeros, quienes sufrieron crisis nerviosa.
Luego del ataque, Luis Fernando fue trasladado a la emergencia de dicho nosocomio con heridas de gravedad, sin embargo, a su ingreso dejó de existir, informaron los Bomberos Voluntarios.
Elementos de la Policía Nacional Civil (PNC) que llegaron al lugar informaron que el ataque pudo ser directo en contra del ayudante, debido a que los impactos de proyectiles de arma de fuego pegaron directamente en la ventanilla en donde viajaba.
Peritos del Ministerio Publico (MP) recogieron varias evidencias en el interior del microbús, el cual servirán para poder iniciar un proceso de investigación para dar con el paradero del responsable.
Continúa ataques a transporte colectivo
El ataque de esta mañana en la ruta al Atlántico cobró la vida del primer ayudante de transporte colecto en el año. En el 2016 se registraron 17 víctimas y en el 2015, 33, según información brindada por la defensoría de los usuarios del transporte público de la Procuraduría de los Derechos Humano.
Por otra parte, el ente, a través del defensor Édgar Enrique Guerra, se registra la muerte de cuatro pilotos en el transporte público, por la violencia.
Uno de los casos tuvo lugar en San Pablo, San Marcos, el pasado 9 de enero, donde el ataque a un bus causó la muerte del piloto y un pasajero. Las víctimas mortales fueron identificadas como el conductor Juan Everildo Ramos, de 44 años, y Marleny de León, de 52. Por este hecho fueron linchados dos supuestos sicarios.
El 2016 cerró con 144 pilotos muertos, según informació de la PDH.