Cifuentes era empleada en la venta de licor, ya que algunas de sus compañeras y Luis Aroldo Díaz Oliva, dueño del negocio, la identificaron y proporcionaron el nombre a los investigadores de la División Especializada en Investigación Criminal (Deic).
Momentos después del ataque, la PNC comenzó una persecución sobre la ruta al Atlántico de los que viajaban en una camioneta Nissan verde oscuro con el vidrio delantero quebrado, pero los sospechosos lograron huir en el cruce a la aldea Palo Amontonado y fue imposible su captura.
Pero, la Policía tiene en su poder el número de placas y las características completas de ese vehículo, y se indicó que estos fueron vistos salir del bar y subirse a esa camioneta y huir.
Ajuste de cuentas
Según las primeras investigaciones, el crimen de Cifuentes pudo haber sido un ajuste de cuentas, ya que dentro de las primeras investigaciones la ahora fallecida y otra mujer atacaron con arma blanca a un hombre que fue trasladado al Hospital Nacional de Guastatoya gravemente herido y murió cuando era ingresado, cuyo hecho se registró hace un mes en ese mismo lugar.