Continuaremos con la historia de Irving, de 18 años, con discapacidad intelectual; además, sufre de convulsiones.
Junto a su mamá Marleny, 42, viven en una vivienda a la orilla del barranco en el sector La Isla, en la colonia Santa Fe, zona 13 de la capital.
Reforzar muro
Para llegar al inmueble hay que bajar por 20 gradas, las láminas y las vigas de madera muestran el paso del tiempo, sumado a esto, un muro de contención hecho de costales con tierra sostiene el inmueble, pero está deteriorado.
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“Tenemos miedo de que el muro colapse y caigamos al barranco”, refiere Marleny, quien explicó que el efectivo del premio lo usará para reforzar el muro.
Irving escucha atentó a su mamá, quien manifiesta que su anhelo cada día es luchar por un mejor futuro para el joven, quien a los 6 meses de edad quedó en la referida condición por una meningitis.
Marleny recuerda que recibir el diagnóstico médico fue difícil, pero junto a su esposo lucharon por el bienestar de Irving; sin embargo, hace seis años enfrentó otra situación adversa cuando su cónyuge falleció por insuficiencia renal.
Mientras junta sus manos y suspira, Marleny expresa que ha sido valiente para superar lo sucedido, pues su amor hacia su hijo la motiva cada día para lavar y planchar ropa ajena, trabajo con el que logra conseguir los casi Q1 mil mensuales para el tratamiento de su hijo.
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Otros gastos
La mayoría de las veces no logra reunir la referida cantidad, pues debe sufragar otros gastos como la alimentación, vestuario y educación del joven, quien recibe atención en el Instituto Neurológico de Guatemala.
Cómo todo joven, Irving tiene ilusiones, “me gusta estudiar y la bicicleta” afirma mientras juega en una vieja y pequeña bicicleta, cuyas llantas no giran. Luego carga a su conejo y fija su mirada hacia el abismo que está a escasos metros de la habitación donde duerme.
A diario, Marleny gasta Q15 en pasajes para llevar al joven a su centro de estudio; además, le da cuidados especiales cuando están en la vivienda, la cual está en área de riesgo, pero permanecen en el lugar, pues no tienen para pagar alquiler o compran un terreno.
Marleny afirmó que el inmueble aún necesita otras reparaciones como ser reforzado, colocar una baranda para el paso por las gradas y cambio de techo y vigas.
Amor las une
En la zona 5 de Mixco se vive la historia de Escarly Quiñonez, 29, y su hija Darlyn Rafael, 8, que tiene síndrome de Dowm. Al igual que Marleny, esta madre de familia consigue recursos económicos con lavado y planchado de ropa ajena.
“Hay días que nos va difícil, pues no siempre hay trabajo”, refiere, Escarly, quien también es viuda, pues su esposo falleció hace 10 meses por una enfermedad.
Su amor de madre y el vínculo de esperanza que la une a su hija ha tenido un aliciente, pues también participaron en el programa Soñando en Familia y aunque no ganaron el premio, un televidente les dio un aporte económico que ha sido utilizado para algunos exámenes médicos que necesita la menor.
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Darlyn también recibe atención en el Instituto Neurológico de Guatemala, donde ha superado gracias a las terapias.
La menor necesita otros exámenes, entre estos uno del corazón; además, necesita lentes, “ya habla, dice algunas palabras, también es colaboradora y le gustan las bicicletas, pero no tiene”, resalta la madre de familia.
Ambas viven donde un pariente, pues carecen de vivienda, dijo Escarly, quien añadió que el aporte económico del televidente les da esperanza, pues no puede tener trabajo fijo, ya que su niña requiere cuidados especiales.
“Agradezco a la persona que nos ayudó que Dios le bendiga, ya que nuestros hijos nos dan el anhelo de seguir luchando”, culminó la mamá de Darlyn.
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