El bullicio del comercio se mezcla también con las conversaciones de niños y adultos que buscaban alimentos o algo para calmar la sed; mientras que otros aguardaban con paciencia y recogimiento la salida de las imágenes del Nazareno y de la Virgen María.
Ángel Rodrigo Mondragón, quien se encontraba con su venta ambulante frente al templo, indicó que para los cucuruchos ofrece guantes y madrileñas. Explicó que los precios de una túnica con todos sus artículos oscila entre Q280 y Q525, pero hay opción a descuento.
Larga jornada
Mondragón indicó que llega a las iglesias tres horas antes de que salga la procesión y camina junto al cortejo durante unas 14 horas.
Invitó a los guatemaltecos a adquirir sus productos y que no pierdan la devoción de ver las imágenes religiosas.
Ántoni Barrios, otro vendedor, indicó que vende lentes, cuyos precios oscilan de acuerdo al gusto del cliente. Dijo que para vender más productos camina varias horas detrás de la procesión. “Las tradiciones de Guatemala son lindas”, manifestó.
Comida típica
“Buñuelos, elotes locos, molletes”, ofrecía a sus clientes Brenda López, quien contó que desde la madrugada llega al templo de donde sabe que sale procesión y se retira hasta que esta retorna a la iglesia.
Otros comerciantes ofrecían sombreros para protegerse del sol, agua pura, granizadas y algún juguete para los niños.
En sectores cercanos a donde pasarán las procesiones, algunas personas se dedican a apartar parqueos en las calles y cobran a los propietarios, con la promesa de que cuidarán el automotor.