Indicó que el quintal de cartón lo vende a Q25, el de botellas plásticas Q20, periódico a Q50 y botellas de vidrio a Q25.
Méndez manifestó que los miércoles y sábados son los días en los que el camión de la empresa recolectora llega al lugar a comprar el material reciclable.
“Tal vez para muchos es un oficio que da vergüenza, pero para los recolectores es digno, porque no solo nos agenciamos de fondos, sino que ayudamos al medioambiente a través del reciclaje y reutilización de materiales”, refirió.
Explicó que su jornada laboral es de 5 a 19 horas de lunes a domingo, pues además de reciclar en el vertedero también lo hace de casa en casa.
Mientras reciclaba, doña Gloria, como es conocida en la aldea, contó que para evitar estar en la intemperie mientras trabaja, elaboró una champa con nailon, cartón y palos.
“Pese a que es una profesión peligrosa porque se puede contraer alguna enfermedad, gracias al reciclaje he logrado sacar adelante a mis cuatro hijos de 9, 7, 4 y 3 años, quienes me apoyan en la clasificación del material en el basurero”, expresó la madre soltera.
Méndez asegura que varias personas la han criticado por tener a sus hijos en el vertedero, pero es allí donde les enseña el valor del trabajo y la necesidad de prepararse académicamente.
Hábito
El ecologista Denys Roldán dijo que es necesario concienciar a la población para que inculquen el hábito de reciclar en sus hogares, en especial en los niños, quienes representan el futuro del país.
Roldán indicó que entre los ríos más contaminados están el San José, el cual recibe las aguas residuales de San José La Arada y de la cabecera de Chiquimula; así como el Shutaque que es el desemboque de los desagües de Quezaltepeque y San Jacinto. También los afluentes Tacó, Shusho y Sasmo.
David López, encargado del basurero municipal, dijo que unas 30 toneladas de desechos sólidos produce a diario la ciudad de Chiquimula.
Al menos cinco empresas se dedican al reciclaje en el departamento, a las cuales acuden los recolectores para vender lo recolectado.