Algunos pobladores que transitaban en el momento del ataque armado, comentaron que fueron minutos de pánico los que vivieron, y que solo pensaron en ponerse a salvo al escuchar los disparos. Otros optaron por correr a toda prisa para alejarse lo antes posible.
Un vecino que omitió su nombre dijo: “No es posible que las autoridades municipales o de Gobernación autoricen ese tipo de negocios en el centro de un pueblo, donde existen comercios, iglesias y escuelas, porque ponen en riesgo la vida de las personas”.
“Pienso que en estos temas debería de involucrarse a los líderes comunitarios, ya que ellos son los que nos representan ante las autoridades. Ojalá tomen acciones, porque no sabemos cuándo se va a registrar otro ataque y da miedo salir a la calle”, añadió.
Otra vecina comentó que se encontraba en su vivienda comentó que escuchó los disparos y a personas que gritaban que corrieran para salvarse.
“Lo que más me angustió fue saber que mis hijos estaban en el colegio, que está a pocos metros de donde vivimos. Gracias a Dios no les pasó nada porque estaban en horas de clases, lo que se lamenta es la muerte de las personas, pero más del niño. Esperamos que las autoridades hagan algo para que esto ya no suceda”, manifestó la vecina.
El gobernador Axel Figueroa dijo que es lamentable esta situación que se vivió y solicitó a autoridades locales que determinen quién autorizó ese local.
“Me sorprendí cuando me dijeron que ese negocio no está autorizado, por lo que para la otra semana he solicitado una reunión con todos los alcaldes del departamento para tocar ese tema y controlar estos negocios, ya que tenemos que promover acciones para la seguridad de la población”, indicó Figueroa.
