“La alteración exige el reemplazo de la catarina por una de más revoluciones”, explicó Mejía.
“La mayoría de autobuses que viajan del occidente a la capital tienen modificación en el motor”, añadió.
Un mecánico que pidió el anonimato informó que los empresarios, antes de poner a funcionar un autobús, piden que le cambien el motor. “Un bus en esas condiciones llega a alcanzar entre 120 y 150 kilómetros por hora”, dijo.
“La mayoría de automotores modernos cuentan con turbo, en tanto que a los antiguos se les adapta. Otra modificación es en los frenos, de un sistema hidráulico pasa a ser de aire, lo cual garantiza un mejor frenado, ya que no se calientan los discos”, agregó.
Juan Miranda, experto en autobuses, considera importante la modificación en los frenos, con mayor énfasis para unidades que viajan a Quiché, Totonicapán, Sololá, Quetzaltenango, San Marcos y Huehuetenango. “Un bus con motor modificado alcanza la potencia a la de un tráiler”, explicó Miranda.
Luis Rodríguez, mecánico de motores diesel, considera que las modificaciones no son recomendables, debido a que están fuera de las especificaciones técnicas de los fabricantes.
Un motor de autobús y con caja automática desarrolla entre 75 y 90 kilómetros por hora, mientras un modificado, con facilidad alcanza los 150, según los expertos. Añaden que un motor de 175 caballos de fuerza —de fábrica— pude alterarse hasta 225; y uno de 225, hasta los 300.
Riesgos
Édgar Guerra, defensor de los Usuarios del Transporte Público de la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH), lamenta que no haya ningún control sobre las alteraciones que se hace en motores de buses, y coincide con que están fuera de las especificaciones del fabricante.
“Es una práctica irresponsable que permite la legislación obsoleta y absurda que tenemos. Se deben actualizar las normas para superar la brecha tecnológica. Ahora los buses son aparatos más modernos y pesan menos; la resistencia de su diseño a soportar choques son superados por las alteraciones que les hacen”, opina Guerra.
“La Dirección General de Tránsito (DGT) tiene la facultad de revisar los autobuses, pero eso solo ocurre cuando el automotor empieza a prestar el servicio, solo por un trámite burocrático, sin verificar si el automotor ha sido modificado”, agregó.
Mario Upún, vocero de los Bomberos Municipales Departamentales, informó que en el 2015 cubrieron unos 40 accidentes del trasporte extraurbano, y este año se han registrado al menos 10.
Marcelo Chocoj, usuarios del transporte público, lamenta que no haya conciencia de parte de los dueños de las unidades para evitar accidentes en las carreteras. “A ellos solo les interesa ganar dinero y no les importa que sea a costa de la vida de las personas”, expresó.
Analizan iniciativa
La semana última, la mesa interinstitucional analizó la iniciativa de ley 4763, que dispone mecanismos para la regularización de velocidades de los vehículos de transporte colectivo o de carga.
En la reunión estuvieron presentes el diputado Luis Contreras, ponente de la propuesta en el 2008; representantes de la PDH y del Departamento de Tránsito de la Policía Nacional Civil, entre otros.
En el primer trimestre del año, 74 buses estuvieron involucrados en percances viales que dejaron 40 muertos y 230 heridos. El 28 de marzo, un accidente de Rutas Tacaná cayó en un barranco en Nahualá, Sololá, en el que murieron 18 personas.
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Accidente de bus registrado en marzo último causó 19 muertos en Nahualá, Sololá. Según pasajeros, la unidad circulaba a excesiva velocidad.