Francisco Alcaide, director de la fundación, indicó que en Guatemala trabajan desde el 2000, cuando se implementó el proyecto de bibliotecas comunitarias para contribuir a reducir la brecha digital y facilitar el desarrollo comunitario.
“Trabajamos en equipo. Los líderes asumen la responsabilidad de velar por el buen funcionamiento de la biblioteca, la comuna del pago de salarios y costos de operación y la fundación capacita a los encargados, provee el 80% del costo de la construcción, mobiliario y equipo”, expresó.
Alcaide añadió que el proyecto ha tenido buena aceptación gracias a los innovadores programas educativos y de desarrollo sostenible que se ejecutan en base a las necesidades de cada comunidad.
En el caso de las bibliotecas Nuevo Amanecer en Cabricán; Fuente de Sabiduría, en San Carlos Sija, y Mi Nuevo Mundo, en Huitán, Quetzaltenango, se organizan actividades para preservar las tradiciones y el idioma materno, entre ellas exposición de murales, creación literaria y redacción de libros de historia de las comunidades, los cuales son escritos por jóvenes voluntarios.
“No somos una biblioteca tradicional en la que los visitantes guardan silencio y solo pueden sentarse a leer. Somos innovadores, trabajamos con cuentos, películas, clubes de lectura y capacitaciones para mujeres sobre autoestima y manualidades. Además de prestar libros y servicio de internet”, dijo Idalma Soto, bibliotecaria de Mi Nuevo Mundo, en Huitán.
Dilma Mejía, de la biblioteca Fuente de Sabiduría, en San Carlos Sija, indicó que cada mes decoran el lugar con exposiciones temáticas. Este mes se enfocaron en el Día del Libro, con el título: Los libros me enseñaron a pensar y el pensamiento me hizo libre.
“Elegimos este lema porque creemos que los libros están cambiando a los niños, pues hemos experimentado que quienes leen son más despiertos, opinan y cuestionan”, dijo.
Entusiasmo
Los encargados de las bibliotecas en San Juan La Laguna y San Pedro La Laguna, Sololá, aseguran que el entusiasmo que los menores muestran al tomar los libros, que les abren un mundo de conocimiento, son muestra del éxito que han tenido estos espacios.
Lucas Méndez, encargado de la biblioteca en San Pedro La Laguna, señaló que por ser un proyecto avalado por la comunidad, la mayoría de los pobladores contribuye a mantenerla en buenas condiciones y a aportar ideas de proyectos innovadores.
Julieta Pineda, maestra de Parramos, Chimaltenango, comentó que los miles de libros, murales y diferentes actividades educativas que promueve la biblioteca comunitaria atraen a toda la población y representan una oportunidad de desarrollo para los estudiantes que carecen de recursos para adquirir sus libros o para desarrollar investigaciones.
Otros espacios
Algunas comunidades de Guatemala, Sacatepéquez, San Marcos y Huehuetenango cuentan con espacios para la lectura gracias a la iniciativa de los líderes que han buscado apoyo de otras instituciones.
“Necesitamos apoyo para poder mejorar el servicio que ofrecemos en nuestras bibliotecas”.
“Desde que la biblioteca fue inaugurada, los niños de esta comunidad han sabido aprovechar los servicios que ofrecemos, pero necesitamos de apoyo para mejorarlos”, dijo Emilia Pérez, lideresa de la Asociación de Mujeres El Obrajuelo.
• Quiché
• Sololá
• Izabal
• San Marcos
• Totonicapán
• Alta Verapaz
• Quetzaltenango
• Chimaltenango
En Concepción Tutuapa, San Marcos, fue fundada la biblioteca comunal promovida por el Centro Cultural de la localidad, la cual ofrece préstamo externo de libros, servicio de internet, visitas a centros educativos y cursos de pintura, dibujo e instrumentos musicales.
En Huehuetenango, un grupo de jóvenes de la aldea Chancol, Chiantla, en coordinación con los propietarios de la Posada Rural Unicornio Azul y otras organizaciones, crearon la biblioteca rural Chancol, cuyos libros han sido producto de donaciones.
La biblioteca Francisco Fuentes y Guzmán fue fundada en 1920 en Antigua Guatemala, Sacatepéquez, por la Biblioteca Nacional. Ofrece proyección de documentales, además de actividades culturales como el festival de rondas.
Con información de M. Longo, M. Castillo, R. Melgar y W. Barrera.