Los fieles llegaron desde tempranas horas de la mañana para rezar el rosario, y a las 11 ingresó la imagen de la Virgen de Fátima, para que diera inicio la misa. Al terminar, una piedra cubierta de mármol fue llevada al lugar, se bendijo y fue colocada por seis fieles.
“Bendecir la primera piedra representa la concretización de un sueño. Un sueño que, como se va a llamar el oratorio Jesucristo Rey del Universo y María Santísima Nuestra Señora de Fátima, creo que harán realidad, porque es para la gloria de ella y sobre todo de Él, y de beneficio a la Iglesia”, dijo el padre Álvaro Mejía, de los Heraldos del Evangelio.
Donación
El terreno, de nueve manzanas, fue donado por cinco hermanos hace casi 19 años, cuando fue construido ahí el monasterio.
“Se ha ido transformando, y nosotros tenemos una serie de programaciones, especialmente los primeros sábados, en que vienen de 500 a mil personas, y en la localización actual están a la intemperie. Entonces, queríamos una ampliación del oratorio, para que la gente también tenga más comodidad y que la santa misa tenga el brillo que debería tener”, agregó Mejía.
En esta ocasión, más de mil 200 personas estuvieron presentes en la eucaristía y en la coronación de la Virgen de Fátima.
Cena benéfica
El próximo 30 de mayo habrá una cena de beneficencia para recaudar fondos y poder así estar más cerca de terminar la construcción, pues hasta el momento no se tiene una fecha.
Los Heraldos del Evangelio son una asociación internacional de fieles de derecho pontificio, la primera en ser erigida por la Santa Sede en el tercer milenio, acontecimiento que se hizo por ocasión de la fiesta litúrgica de la Cátedra de San Pedro, el 22 de febrero del 2001.
Sus miembros practican el celibato y se dedican íntegramente al apostolado, viviendo en casas destinadas específicamente para hombres o para mujeres, que alternan su vida de estudio y oración con la evangelización.
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