Baja Verapaz

Migrante alcanza sus sueños en Nueva York

 Lizardo Augusto Morataya García  migró  a EE. UU. hace 26 años en busca de mejores oportunidades de vida, y con esfuerzo y dedicación se convirtió en gerente del área de restaurantes de uno de los hoteles más importantes de Nueva York.

El guatemalteco en el centro de la ciudad de Nueva York, conocido como la Gran Manzana. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

El guatemalteco en el centro de la ciudad de Nueva York, conocido como la Gran Manzana. (Foto Prensa Libre: Cortesía)

Morataya, de 57 años, y originario de la capital de Guatemala, recuerda que su niñez fue humilde pero  placentera, pese a que desde que tenía 8 años tuvo que trabajar para apoyar a su madre en el sostenimiento de sus seis hermanos, pues su padre falleció por una enfermedad.

La falta de oportunidades y la inseguridad  fueron las principales causas por las que decidió migrar de manera ilegal; sin embargo, su deseo de superación lo llevó a solicitar asilo político en esa nación, con el argumento de que en el país los activistas eran víctimas del conflicto armado interno, pues él dirigía a grupos de jóvenes de los departamentos afectados por la guerra.

Adversidades

“Llegué a Nueva York sin dinero, pero lleno de ilusiones y deseos de superarme. Dormí durante mucho tiempo en estaciones de trenes hasta que obtuve mi primer salario como lavaplatos”, relató.

Morataya ha forjado una trayectoria profesional con base en su trabajo, y refirió que en 1993 estudió servicios y negocios, lo que le abrió las puertas para optar a un trabajo  en un hotel.

Tres años después  logró su sueño de ser gerente del área de restaurantes del hotel Marriott & Residence Inn Central Park, uno de los más famosos de la Gran Manzana, donde tiene a su cargo a 20 personas, entre dominicanos, mexicanos, puertorriqueños y estadounidenses.

A pesar de que Morataya ha vivido durante muchos años fuera de Guatemala, asegura que conoce los problemas que afectan a la población, por lo que  promueve  un proyecto de ayuda social en comunidades de la provincia.

“Uno de mis sueños es crear una fundación para contribuir con mis paisanos de escasos recursos y que  son víctimas de la violencia”, afirmó.

Además  recauda fondos para  la Asociación Un Ángel en Queens, que proporciona alimentos a los migrantes que no consiguen empleo. También colabora con el Centro de Asistencia Legal para Centroamericanos en Brooklyn, que tramita asilo político y permisos de trabajo.

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