“De no haber viajado tal vez estuviera muerto”, comentó Tippol, quien asegura que varios de sus amigos desaparecieron durante la guerra y a la fecha no se sabe nada de ellos.
En un principio, la vida no fue fácil para el guatemalteco, pues tuvo que adaptarse a nuevas culturas; sin embargo, sus deseos de superación lo motivaron a estudiar bachillerato y a trabajar en restaurantes, sin dejar por un lado su pasión por la música y la fotografía que tuvo desde niño.
En el 2008, la vida del guatemalteco comenzó a dar giros importantes cuando fue invitado a fotografiar a una quinceañera, a quien sorprendió la calidad de su trabajo. Un año más tarde fue contratado para una boda en la iglesia del pastor Pedro Rivera, hermano de la fallecida cantante Jenny Rivera, y las imágenes impactaron a Rosie, hermana de la artista, quien le pidió que fuera el fotógrafo de su boda, el 4 de julio del 2011.
“Fui el fotógrafo oficial, el único en la actividad, incluso quitaron los celulares, porque la revista TV y Novelas tenía la exclusividad de las imágenes, por lo que una de ellas fue publicada en la portada de agosto de ese año. Conocí a Jenny Rivera, a quien le gustó mi trabajo y me llamaba para cubrir diferentes actividades, por lo que me convertí en el fotógrafo de confianza de la familia”, comentó Tippol.
Ha fotografiado a cantantes evangélicos como Marcos Witt, con quien en una oportunidad interpretó el piano durante un evento, en los Ángeles, California.
Multifacético
Tippol aseguró que la fotografía es su segundo empleo, pues como traductor médico legal da asistencia a inmigrantes centroamericanos que acuden a los servicios de emergencia, debido a que la ley así lo establece.
Añadió que su sueño es regresar a Guatemala, y junto a sus esposa Beth, fundar un centro de atención para niños abandonados por sus padres.