“Creemos que la conformación de esta clase de agrupaciones contribuirá al desarrollo de la población deportada y sus familiares; además, tendrán la oportunidad de gestionar proyectos de desarrollo en sus comunidades”, expresó Villatoro.
Alejandra Gordillo, secretaria ejecutiva de Conamigua, afirmó que Asoju está formada por más de 80 deportados y sus familiares, y se espera que en el futuro puedan integrarse más personas, porque, según las estadísticas, del 2009 a la fecha han sido retornados 35 mil migrantes de Chimaltenango.
“La asociación es una organización de carácter privado, no lucrativa, de asistencia social y de promoción al desarrollo de sus asociados”, aseguró Gordillo.
Josefina Coyote, quien asumirá la presidencia de la asociación, expuso: “Promoveremos proyectos para que cuando las personas sean deportadas encuentren una fuente de trabajo y puedan pagar las deudas que han contraído”.
Rosario Ajzaj, deportada, recomendó a la Asoju que busque mecanismos legales para que se pueda luchar contra los prestamistas, que se convierten en la principal amenaza cuando ellos regresan al país, ya que despojan de sus viviendas a las familias cuando consideran que ya no recibirán la paga.
“En mi caso tenía una deuda de Q30 mil, pero a inicios de este mes me desalojaron de mi vivienda porque el prestamista consideró que no juntaría el dinero”, relató.