Premios GTCMujer, ganadora en la categoría “Artistas”: María Elena Curruchiche, una mujer heredera del arte maya

Con una curiosidad propia por el arte y el estímulo de sus padres desde muy pequeña, María Elena Curruchiche ha desarrollado su habilidad por el tejido, la pintura y la escritura para difundir la cosmovisión maya. Ganadora de los Premios GTCMujer, en la categoría “Artistas”, comparte las dificultades y satisfacciones de su trayectoria.

María Elena Curruchiche no es una artista más, sino una promotora de la cosmovisión maya que ha tenido que abrirse camino en espacios donde tradicionalmente se ha dado mayor crédito a hombres. Sin embargo, también fue su padre quien la motivó a iniciar este camino: “Desde pequeña me gustó aprender a tejer, mi madre y mi abuela fueron quienes me enseñaron. Después del terremoto de 1976, mi papá me animó a pintar como él, así fue como aprendí”, recuerda.

Su inspiración también se la debe a sus abuelos, de quienes heredó el talento. “Admiro mucho a mi abuelo Andrés, fue quien me inspiró para pintar porque de él aprendió mi padre. Mi abuela, y también las antepasadas que no conocí, dejaron el conocimiento del tejido y la pintura, porque elaboraron grandes murales y escribieron, en ellas me inspiro”, comenta.

Admiración e inspiración, sus mayores incentivos

Lo más gratificante de su trabajo es “saber que a la gente le gusta y se interesa por lo que hago a través de la pintura, el tejido y otras artes”. Al mismo tiempo, está consciente de que el reconocimiento público de su trabajo inspira a otras mujeres. “Hay muchas jóvenes que quisieran trabajar en diferentes ramas del arte, pero quizá no han tenido la oportunidad, y al ver que sí se puede, que alguien está avanzando, eso inspira y da confianza para seguir adelante”, reconoce.

Curruchiche comparte que en sus inicios en la pintura fue discriminada varias veces. “Los artistas varones me discriminaron, también me hicieron a un lado, quitándome las oportunidades que se me dieron a nivel internacional, pero con el reconocimiento de Premios GTCMujer se nos brinda una oportunidad, no solo a mí, sino a las otras compañeras que también fueron premiadas. Se nos reconoce que sí estamos haciendo algo interesante y dando nuestro granito de maíz para que el nombre de Guatemala se reconozca”.

Premios GTCMujer, una oportunidad para promover el arte

La nominación de Curruchiche a los Premios GTCMujer se debió a su hija. “Me comentó hasta que ya me había inscrito, me asusté y le dije que estaba bien. Nunca pensé que iba a calificar para semifinalista”, comenta. A pesar de su larga trayectoria en el arte, se sorprendió al saber que había sido elegida entre más de mil mujeres nominadas.

“Nunca pensé llegar al primer lugar, tal vez un segundo o tercero, pero cuando escuché mi nombre no podía creer que había sido la ganadora”, comenta.

“Uno a veces piensa que no vale la pena lo que está haciendo, pero cuando recibe un premio (como el de GTCMujer) nos anima y compromete a seguir adelante, a buscar más fuentes de inspiración para dar a conocer lo que uno puede hacer mediante el arte, y entonces uno dice ‘sí vale la pena’".

María Elena Curruchiche, ganadora del Premio GTCMujer, en la categoría “Artistas”.

“Banco G&T Continental está promoviendo el trabajo de la mujer y para las que hemos ganado es una oportunidad para que la gente conozca el trabajo que estamos realizando”, agrega.

Con el reconocimiento de Premios GTCMujer, Curruchiche considera que “las jovencitas creerán más en el trabajo que estoy haciendo”. Y aprovecha la oportunidad para motivarlas a “trabajar en el arte y seguir adelante”, concluye.

Guatemala, tierra de artista

Además de dar clases de pintura y tejido, María Elena Curruchiche pertenece al Consejo de Tejedoras. “Tenemos el compromiso de ayudar a las jovencitas y a las señoras para que aprendan los diseños de nuestros ancestros, estamos queriendo rescatar este arte con las escuelas de tejidos en las comunidades de Comalapa”, indica.

Para Curruchiche, la falta de financiamiento es parte de lo que limita a las mujeres para dedicarse al arte, así como el poco apoyo por parte de los esposos o las familias. Sin embargo, al obtener este premio las motiva para “dejar testimonio del tiempo que vivimos en esta tierra, para que en el futuro los jóvenes que vienen puedan tener alguna referencia y decir ‘Guatemala es tierra de arte, Comalapa es tierra de arte’”, resalta.

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