Premios GTCMujer, ganadora “Emprendedora y Pyme”: Sarahí Muñoz, una mujer con la firmeza del concreto

Estar al frente de una empresa por 17 años se dice fácil, sin embargo en la experiencia de Sarahí Muñoz dirigiendo Cimientos, los retos se superan a diario con firmeza. Ganadora de los Premios GTCMujer, en la categoría de “Emprendedora y Pyme”, comparte su experiencia y expectativas.

De asesora comercial en el sector construcción pasó al reto de ser empresaria. Su primer capital lo obtuvo de su padre, a quien le pagó con intereses por iniciativa propia a manera de honrarlo, valorando en cada quetzal el esfuerzo paterno. “Me enamoré del gremio de la construcción porque, así sea un cuartito o un edificio, siempre se está construyendo el sueño de las personas”, comenta Sarahí Muñoz.

Aun cuando contó con el apoyo familiar, las cosas no fueron fáciles. “Siempre lo bueno es difícil, mayormente al inicio. Lo bueno requiere mucho sacrificio, constancia, pero sobre todo mucha fe. Yo soñaba con ser un instrumento de Dios útil para bendecir a multitudes de familias, así empezó Cimientos”, recuerda.

No hubo un reto específico que haya tenido que superar como empresaria, más bien para Muñoz “el reto era trabajar duro porque mis hijos tenían que comer y tener un techo digno, los hijos son lo que uno más ama. Conforme fuimos trabajando y saliendo adelante, se fue cumpliendo uno de los sueños más grandes de nuestras vidas: abrir fuentes de trabajo dignas y confiables”, comenta.

Parte de los desafíos diarios en los primeros años fue el recurso económico para pagar a su personal y a sus proveedores. “Cuando todo se cerraba, siempre pensaba ahora lo voy a hacer con más ganas”, señala.

Un sueño alcanzado

Hoy, con una empresa sólida y cerca de 150 empleados, Muñoz hace énfasis en la buena administración para sacar adelante un negocio. Además, es la primera en elogiar el trabajo de sus colaboradoras, en especial el de aquellas cuyas funciones antes eran exclusivas de los hombres.

A mediano plazo se visualiza “con muchas historias lindas que contar, que van a motivar. Me interesa que el personal aprenda a satisfacer las necesidades de su casa, pero también piense en otros de su comunidad”, agrega.

GTCMujer, un premio inesperado

Ser una de las ganadoras de los Premios GTCMujer fue algo que no se esperaba, pues no era iniciativa suya participar. “Fueron mi hijo y mi hija quienes me dijeron ‘te vamos a inscribir’, yo les dije que no. Amo a mi gente, mis clientes y me río con todos, pero no soy de cámaras”, reconoce.

Sin embargo, la admiración de sus hijos por su labor, con el apoyo de su esposo, la llevaron a convertirse en una mujer que inspira, elegida por las personas que le dieron su voto en los Premios GTCMujer, una iniciativa del Banco G&T Continental.

“Creo que represento a millones de mujeres guatemaltecas que tienen todas las ganas de salir adelante, pero muchas veces no tienen oportunidades. Ojalá esto pueda alcanzar a muchas mujeres de forma benéfica para que crezcan y se desarrollen, así como a sus amigas, vecinas y comunidades”, indica Muñoz, reiterando la necesidad de pensar en los demás.

“Estoy feliz porque con este premio (GTCMujer) hoy puedo representar a las mujeres que necesitan crédito, y lo digo por quienes sueñan con tener una casa para sus hijos, al igual que yo lo soñé un día”.

Sarahí Muñoz, ganadora del Premio GTCMujer, en la categoría de “Emprendedora y Pyme”.

Uno de sus propósitos al ganar el Premio GTCMujer es impulsar un proyecto innovador de casas prefabricadas en el cual ya venían trabajando como empresa. “Son de rápida ejecución, mucho más económicas, pero sobre todo dignas, bien hechas, porque todos sabemos que hay una necesidad grande de vivienda”, comenta.

Sin duda, la historia de Sarahí Muñoz y su empresa Cimientos seguirá inspirando a otras mujeres, ya sea para emprender o alcanzar el sueño de ofrecer a sus hijos un techo y ayudar a otras personas a su alrededor.

Claves de su éxito

  • Tener fe, el desánimo es parte del día a día.
  • No escuchar las voces de quienes dicen “no se puede”, buscar lo que Dios dice y creerlo.
  • Pensar en los demás.
  • Ser justa, correcta, íntegra y cumplir la palabra.
  • La planilla es sagrada, los proveedores son sagrados y los impuestos son sagrados.
  • La correcta administración es fundamental, “no vivas una vida que no puedes pagar”, dice. Si viene un dinero extra se reinvierte.
  • Cero desperdicio, la optimización del negocio hace que sea sostenible para todos.

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