Ma. Amalia De León de Aguilar, “oír un diagnóstico de cáncer siempre es devastador”
“Todas las tristezas pueden ser soportadas si las pones en una historia o cuentas alguna historia sobre ellas”. Isak Dinesen
Oír un diagnóstico de cáncer siempre es devastador, aun cuando el pronóstico sea de curación total. Los primeros días después de recibir esta noticia son días de incertidumbre, de muchos cuestionamientos, incluso de mucho miedo.
Uno siempre se pregunta ¿por qué a mí? y la respuesta es: no se pregunten ¿porqué? El cáncer no es una bendición, pero tampoco es una maldición. Es tan solo una enfermedad a la que hay que combatir.
En mayo del 2009 tuve el diagnóstico de cáncer en el pecho derecho. Los malestares de los efectos secundarios de los tratamientos, unidos a los cuestionamientos sobre la vida y la muerte me robaban la tranquilidad. La incertidumbre sobre mi futuro solía abrumarme. Pero logré sobreponerme, mantener siempre una actitud positiva y mi corazón lleno de esperanza.
Cuando pasó el tiempo y miré hacia atrás, me di cuenta que para mí el cáncer fue una oportunidad, al descubrir en mí fortalezas que no conocía, una oportunidad de sentirme profundamente amada por tantas personas a
mi alrededor, de fortalecer los lazos de amor y solidaridad con mi familia y amigos, y de ver el rostro de Dios a mi lado.
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