El valor de premiar a tu perro

Conoce la importancia de remunerar a tu mascota por sus buenas acciones

Es muy común escuchar la frase: “este perro solo obedece si le dan comida”. ¿Cómo sería este mundo si las personas hicieran su trabajo con mucho ánimo y sin cobrar un solo centavo? Está analogía sirve para explicar la importancia de un incentivo.  A las personas se les remunera según el trabajo que realicen y el grado de dificultad de este. Se entiende que no es lo mismo pintar una habitación que pintar un edificio. En cada trabajo los esfuerzos y los pagos son diferentes. El premio o reforzador para el perro, funciona de la misma manera que un pago y también en función del grado de dificultad de la tarea que se le ha asignado. El pago será pequeño por una tarea fácil como sentarse o echarse y habrá un pago más generoso por una tarea como cobrar un objeto y entregarlo a su dueño en las manos. Al inicio es importante escoger un premio comestible de tal manera que se pueda tener la atención del perro. La idea es que el perro sepa que ese premio está disponible para él, si obedece y presta atención. Más adelante puede cambiarse los premios y estos pueden ser de diferente índole: comida, juguetes, caricias y elogios verbales. Cada vez que el perro es sometido a una sesión de entrenamiento es vital premiar o reforzar las conductas deseadas con el premio más poderoso para él. Entre más se refuerce, la conducta deseada aparecerá con mayor frecuencia y rapidez, después de un buen tiempo de practicar y entrenar con dicho premio, se puede cambiar por un juguete o una buena caricia. Las técnicas antiguas utilizaban fuerza bruta, donde el perro era castigado con un golpe si no obedecía. Esto quedó en el pasado y ahora lo importante es saber marcar las cosas buenas que el perro realiza y reforzarlas con un premio muy apetitoso.  La paciencia y la constancia son características vitales en este proceso. Entrenar a un perro es amarlo de verdad. Fuente: Pichy Barneond @pichyentrenadorcanino

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