¿Cómo prevenir la rabia en mi mascota?

En la mayoría de los casos, la rabia se manifiesta con cambios súbitos en el comportamiento de la mascota, sin embargo a medida que la enfermedad evoluciona puede causar disfunción y terminar en muerte. La vacunación anual es la única forma obligatoria de prevención.

La rabia es una enfermedad que se desarrolla por un virus, por lo que no es exclusiva de los perros. Los reservorios varían en cada área geográfica. Según explica Diego Fortuny Betancourt, veterinario de DANA Hospital Veterinario, en América se registra una incidencia de rabia en animales como la mofeta, el zorro, el mapache y, principalmente, en murciélagos que muerden y chupan la sangre de bovinos y equinos durante la noche.

Al ser un virus de fácil transmisión, mediante contacto con saliva o mucosas de un animal infectado, la rabia también puede transmitirse al ser humano. De hecho, la Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que cada día mueren 160 personas a causa de esta enfermedad.

PRIMEROS SÍNTOMAS Y AVANCE DE LA ENFERMEDAD

Los signos clínicos de la rabia pueden variar dependiendo del efecto que el virus tenga en el cerebro. En la rabia clásica, “los primeros síntomas son los cambios súbitos en el comportamiento de la mascota, en especial en animales silvestres, pierden el temor natural a los demás animales y al hombre, lo que permite el acercamiento y los contactos inusuales”, indica Fortuny Betancourt.

A medida que la enfermedad avanza se ve afectada la función cerebral y los nervios craneales. Puede producirse falta de coordinación o control de los movimientos voluntarios (ataxia), debilidad, parálisis progresiva, convulsiones, dificultad para respirar y deglutir, así como excesiva salivación. De acuerdo con el veterinario, estos síntomas se van presentando en las siguientes fases:

  • Fase prodrómica: se observan alteraciones en el comportamiento animal.
  • Fase furiosa: dificultad para trabajar, nerviosismo, parálisis del tercio posterior o de las mandíbulas y agresividad.
  • Fase paralítica: pérdida de capacidad para el movimiento muscular y muerte en los dos o tres días siguientes.

Aunque los comportamientos agresivos extremos pueden incluir la automutilación, Fortuny Betancourt explica que los cambios también pueden ser mínimos, aunque la mascota muera rápidamente, ya que la enfermedad no tiene cura.

VACUNAR ES LA ÚNICA FORMA DE PREVENIR

Puesto que no se puede prever el contacto de la mascota con otra enferma de rabia, lo mejor es “curar en salud”, con la vacuna. Esta debe aplicarse desde el cuarto mes de edad y posteriormente una vez al año.

Los efectos secundarios generales pueden incluir fiebre, aumento de tamaño de los ganglios linfáticos e inflamación, así como dolor o comezón en el lugar de la inyección. En raros casos puede producirse inflamación facial o generalizada, ronchas en el cuerpo o respiración dificultosa. Ante estas reacciones es necesario contactar de inmediato al veterinario para que le prescriba el tratamiento adecuado.

Además de ser la única manera de proteger a tu mascota de la rabia, recuerda que también es una medida para cuidar la salud de tu familia, por lo que debes llevar el control de las fechas de vacunación.

EL VIRUS DE LA RABIA

Pertenece al género Lyssavirus, responsable de causar encefalitis. Existen unas doce especies de este virus, siendo una de ellas la causante de la rabia clásica (RABV), enfermedad que afecta a la salud pública y la sanidad animal.

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