Barrondo: ejemplo de perseverancia
El marchista es un ejemplo de constancia y disciplina con el que los guatemaltecos se pueden identificar.
Erick Barrondo se ha convertido en un sinónimo de lucha y perseverancia para los guatemaltecos. Miles de personas se le han acercado para felicitarlo por sus logros históricos y para agradecerle por poner en alto el nombre de Guatemala.
Pero para Barrondo, la carrera de la vida no ha sido fácil. El atleta nació en la aldea Chiyuc, San Cristóbal, Verapaz, Alta Verapaz. Desde niño se caracterizó por ser de los más veloces de su clase debido a su resistencia. Su padre lo involucró en el deporte y su madre ya corría por cuestiones de salud. En una entrevista, Barrondo recordó los tiempos en los que entrenaba con los zapatos de su mamá. “Como ella trabajaba por la mañana y por la tarde, yo agarraba sus zapatos y salía a entrenar. Al regresar los dejaba en su lugar para que ella no se diera cuenta”.
La marcha fue el deporte alterno para el cual entrenó, después que una lesión lo alejara de las carreras de fondo. Al entregarse de lleno a esta disciplina, el marchista unió sus fuerzas a las de su entrenador, el cubano Rigoberto Medina, pieza fundamental para su truinfo en 2012, quien en una entrevista expresó: “donde quiera que lo diga, sostendré que Erick Barrondo es el mejor marchista del mundo”.
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A pesar de esto el marchista sabe que el esfuerzo constante es la clave de su éxito y que a pesar de que las cosas parecen difíciles, no son imposibles. Además, Barrondo manifiesta que de su padre, quien fuera soldado en su juventud, aprendió a nunca darse por vencido.
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