Víctor M. Ruano
NOTAS DE Víctor M. Ruano
El país vive un tsunami que arroya las instituciones fundamentales que configuran el Estado: Ejecutivo, Judicial y Legislativo, todo por el pésimo desempeño de algunas de sus autoridades, que por la corrupción y ambición nos llevaron a la ruina. La culpa no es del MP ni de la Cicig, ni de los operadores de justicia que no se dejan intimidar ni manipular por mafias criminales incrustadas en el Estado. Más bien su alta responsabilidad ética, el fiel cumplimiento de la Ley y el coraje de quienes las dirigen y trabajan en ellas, con el respaldo de la ciudadanía, puso en crisis el sistema corrupto que nos rige.
La Iglesia vive un tiempo “kairotico” lleno de luz y esperanza con el pontificado de Francisco. Muchos nos identificamos con el rumbo que va trazando piano piano, y con paso firme.
En medio de un mundo que se desgarra a pedazos, la Iglesia en el año recién iniciado nos invita a hacer “de la no violencia nuestro estilo de vida”. Esta es la propuesta central que se desprende del mensaje del Papa para la Jornada Mundial de la Paz titulado “La no violencia: un estilo de política para la paz”. Hace 50 años, Pablo VI impulsó esta iniciativa, que marca cada año las grandes líneas del quehacer diplomático de la Iglesia para la construcción de la paz.
La Palabra de Dios del domingo pasado fue una llamada a la vigilancia. Los discípulos de Jesús no viven adormecidos en su vida cristiana ni en la sociedad, sino alertas, sobre todo, cuando en el ámbito eclesial la misión evangelizadora es una tarea permanente, y en lo social vemos que las mafias criminales incrustadas en el Estado guatemalteco se empeñan en mantener el régimen de impunidad y corrupción, que beneficia a una derecha urbana conservadora, racista y excluyente, y para más inri, recibe la bendición de una mínima pero influyente elite católica, que perdió su mordiente profética, al quedar atrapada en una ortodoxia de corte platónico y aristotélico.
La Facultad de Teología de la Universidad Rafael Landívar ha desarrollado un programa de formación teológica para laicos en la Diócesis de Jutiapa, que acaba de clausurar, y que despertó vivo interés eclesial y pastoral, abrió nuevas perspectivas conceptuales sobre la identidad cultural jutiapaneca, de la Eclesiología desde Evangelii Gandium y de la Cristología desde la reflexión teológica latinoamericana.
El Día Mundial de las Misiones conmemora hoy la Iglesia católica. Desde hace 90 años, el cuarto domingo de octubre acontece esta jornada, instituida por Pío XI, con el fin de despertar la conciencia misionera en las comunidades cristianas, promover las vocaciones misioneras y apoyar económicamente la tarea evangelizadora y de promoción humana que la Iglesia realiza entre las personas, pueblos y culturas.
Quesada es uno de los 17 municipios de Jutiapa, con 84 km cuadrados y 25 mil habitantes, aproximadamente. Este pueblo, en resistencia pacífica desde hace 2 meses, está situado en un valle rodeado de montañas, donde sobresale el volcán Amayo y con abundantes mantos acuíferos. Su gente, campesina y de origen xinka, muy trabajadora y emprendedora, no se arredra ante nada y ha salido adelante por su espíritu solidario y su eficacia organizativa.
El presbiterio de la Diócesis San Francisco de Asís, en Jutiapa, y el obispo Antonio Calderón Cruz se reunieron con el teólogo español Jesús Espeja por cinco días. Al concluir dirigieron un mensaje a las comunidades cristianas de Jutiapa, en el que comparten el rumbo que anhelan seguir para darle identidad a esa Iglesia Particular, y la perspectiva evangélica desde la cual acompañar la vida de estos pueblos, económicamente pobres.
Jesús continúa su camino hacia Jerusalén. Mientras avanza hacia la entrega de su vida va haciendo el bien, como todo hombre auténtico que sabe vivir para los demás. El Evangelio (Lucas 13,22-30) lo presenta ejerciendo la tarea de enseñar, va formando a la gente y a sus discípulos: “Jesús iba enseñando por ciudades y pueblos”, anota el autor. De modo que es maestro itinerante que forma al pueblo. Es educador y formador de la gente, preferencialmente de los pobres.
Tiempo de Dios, publicación mensual al servicio de la fe. Teodoro de José Beltrán Duarte, párroco en Santa Catarina Mita, Jutiapa, junto con laicos y laicas, edita un boletín con pensamiento teológico-pastoral fresco, crítico y propositivo ante la realidad eclesial y social.