Es una combinación peligrosa de factores: exceso de velocidad o de carga, mal estado vehicular, ebriedad y agresividad al volante hacen siniestra reacción con tramos en mal estado, en construcción o con derrumbes, curvas sin el peralte necesario: hay muchas combinaciones posibles en los 300 kilómetros de la ruta al Atlántico y la prueba es que cada semana hay en promedio dos accidentes.