La reacción del equipo y Kevin de Bruyne, la puesta a punto de Yannick Carrasco y Eden Hazard y el triunfo 3-0 sobre Irlanda han restablecido la confianza de Bélgica, sin miedo a Zlatan Ibrahimovic y Suecia, a los que se enfrenta el miércoles con la necesidad de sumar un punto.