Eduardo Cot Ajú
NOTAS DE Eduardo Cot Ajú
Infatigable coleccionista, incansable lector, maestro generoso de varios libreros y la gran ausencia en la Feria Municipal del Libro, que ya está abierta en la Plaza de la Constitución: Julio Gálvez, don Búho —en alusión a la librería que tenía desde hacía 30 años—, falleció el 24 de octubre recién pasado.
Usualmente, al mencionar la serpiente emplumada se piensa rápidamente en la cultura azteca, pero en realidad también para los mayas esta figura tiene un amplio significado. Aquellos la llamaron Quetzalcoatl, para los mayas de Chichen Itzá era Kukulcán, pero en el altiplano de Guatemala, específicamente en el Popol Vuh, figura como Gucumatz durante la creación y origen de los k'iche'.
La obra de Miguel Ángel Asturias se mantiene vigente pese al paso de los años y representa el capítulo más alto de la literatura nacional.El poeta, narrador, dramaturgo, periodista y diplomático ganó el Premio Lenin de la Paz en 1966, y el Premio Nobel de Literatura, en 1967.
El realismo y el naturalismo fueron dos movimientos que florecieron en Guatemala a fines del siglo XIX y principios del XX, los cuales tuvieron como exponentes a Ramón A. Salazar y Enrique Martínez Sobral, respectivamente: dos nombres que para muchos son desconocidos y para otros, jamás oídos.
Este año, el 12 de febrero, se cumplieron los 50 años del fallecimiento del escritor Virgilio Rodríguez Macal, cuya imaginación creadora acecha y atrapa desde las primeras páginas de sus relatos.
En el devenir cotidiano de las librerías de ejemplares usados resulta curioso observar cómo se comporta la gente frente a los libros: los alborotan, los hojean, los revisan y hasta preguntan cuánto cuestan. Lo más curioso es que la mayoría no son lectores, pero a pesar de ello son buenos compradores.
Era 24 de diciembre, noslevantamos muy de madrugada. Hacía ese frío de antes. El viento agitaba las milpas viejas. Poníamos la carga a los caballos porque el bus pasaba a dos kilómetros. La mercadería estaba lista: musgo, pashtes, manzanillas, patas de gallos, chicuyas y pinos. La única camioneta pasaba a las 4 de la mañana. Para no pagar pasaje me sentaba en las rodillas de mi padre.