César Augusto Sagastume
NOTAS DE César Augusto Sagastume
A poco de que el ciclo escolar finalice, los días hábiles de trabajo docente son contados y se diluyen rápidamente, se deben considerar las actividades de cierre de clases que no permiten maximizar el tiempo para completar los contenidos programáticos que demanda el CNB, por lo que quedan vacíos en los aprendizajes y al hacer la sumatoria de ese déficit constituye una deficiencia significativa en la formación de los futuros profesionales.
Hace unas tres décadas, cuando las tendencias neoliberales y de privatización a las que nos sometieron los patrones poderosos y las oligarquías servilistas con el pretexto de estar de moda terminaron con la estructura organizacional del Estado, que tenía la misión de dar mantenimiento al patrimonio de infraestructura, propiedad del pueblo, deja la duda de si fue planeada para provocar este caos o fue la deficiencia del ensayo de una reingeniería mediocre.
Todos los años, cada estudiante paga al Mineduc la cuota denominada operación escuela, que tiene un costo de dos quetzales y tres quetzales por alumno, dependiendo el nivel de estudios, que al multiplicarla por la matricula hace una cantidad significativa de millones de quetzales, los cuales el Ministerio de Educación administra para dar mantenimiento a la infraestructura escolar que los alberga. La pregunta es: ¿Cómo y cuándo han invertido esa cantidad de quetzales para mejorar las condiciones de la infraestructura escolar que los educandos exigen?
El momento apocalíptico que vive el Estado, causado por el incumplimiento de la Constitución, las leyes, políticas, reglamentos y manuales de funciones y atribuciones de las instituciones, debe servir para aprovechar las lecciones de la etapa primaveral de la democracia de nuestro país, reinventada por los movimientos cívicos y patrióticos vividos en la Plaza de la Constitución cuando el pueblo de Guatemala solicitó de manera civilizada la renuncia a un gobierno que no desempeñó sus funciones a cabalidad como garante de una buena gerencia del Estado, que paga muy bien a los empleados que elige el pueblo para la administración de sus recursos.
La cuaresma en Guatemala es uno de los acontecimientos más significativos que tradicionalmente conforta la espiritualidad que conmemora la vida, pasión, muerte y, sobre todo, resurrección de Jesucristo. Es el momento en que los creyentes de Cristo nos doblegamos ante él para que ilumine a los hombres revestidos de poder, seudosabiduría y riqueza, que borre de su pensamiento la ambición en desmedro de la pobreza y de los grupos más vulnerables presentes en cada generación, desde la génesis de la humanidad.
Cuando la violencia, la corrupción, el lavado de los recursos del pueblo, el narcotráfico, defraudación del fisco y la ineptitud de los tomadores de decisiones ha invadido a los poderes del Estado, instituciones privadas, autónomas, semiautónomas, deporte, Academia, religión y hasta al mismo pueblo, se pone en duda la candidez para cambiar una constitución que se acordó en una asamblea constituyente.
Las necesidades educativas deben ser atendidas con altos estándares de calidad, para luego exigir resultados de calidad. No se puede negar que el sistema es deficiente y que en cada inicio de ciclo escolar se repite, a pesar de tener una pseudoplanificación en la que se deben prever estos males, para no tener los resultados que las estadísticas demuestran.
Cuando el país afronta problemas de desnutrición, educación, salud, deterioro ambiental, delincuencia, violencia, abuso sexual y violaciones, seguramente los orígenes de estos están en la falta de una verdadera alfabetización, que sea reflexiva y logre concienciar a los oprimidos y olvidados, como lo manifestó en 1968 el pedagogo revolucionario y filósofo Paulo Freire en la Pedagogía del oprimido, aún vigente en sus reflexiones.
Hace 43 años nació la Medio Maratón de Cobán, por inquietud de Cayetano Gálvez (QEPD), que muchas veces fue invitado a participar a las competencias atléticas septembrinas que se organizaban al inicio de la década de 1970 en la ciudad de Salamá, con motivo de la feria de San Mateo Apóstol, en donde se invitaba a atletas de El Salvador y Honduras. Don Cayetano, que era el presidente de la Asociación de Atletismo de Alta Verapaz, tomó estos eventos como referentes y, con el apoyo de altaverapacenses de aquella generación y de distinguidos cobaneros, que en aquel momento ocupaban cargos importantes en la administración pública, nació la Medio Maratón, que al inicio se denominó “Carrera Centroamericana”, en la cual participaron 96 atletas. Ahora son miles de corredores, nacionales e internacionales de elite mundial, por lo que se puede considerar este evento como el más importante de Latinoamérica.
En el 2017 es necesario ejecutar proyec- tos que den oportunidad de trabajo y generen ingresos económicos para mejorar el producto interno bruto.