Siempre estamos en una queja constante contra la vida: “Si hubiera nacido en una familia acaudalada”, “si mis hijos fueran otros”, “sí mi esposa no tuviera mal carácter”, “si trabajara en el banco x”, “por qué no estudié X carrera”...
El "hogar dulce hogar" es solamente una metáfora y algo especulativo. Cuando la realidad atrapa a las parejas, quienes buscan afanosamente ser felices, surgen las peleas, las discusiones, las luchas de poder que terminan afectando psicológicamente a la pareja y a los hijos.