PLUMA INVITADA
Centroamérica en el Bicentenario de la Independencia: una oportunidad para reencontrarnos
Este mes Centroamérica cumplió doscientos años de haberse independizado del imperio español. Aunque contrario a lo que ha sucedido en otros países y regiones del mundo ello no fue el resultado de guerras y luchas sociales, le brindó a las provincias coloniales la oportunidad de convertirse en Repúblicas y forjar su propio destino.
' El Istmo centroamericano cuenta con valiosos activos que hoy, debe reconocer y revaluar.
Alberto Mora Román
Hoy es relevante plantearse: ¿qué han hecho los países con la autonomía que les confirió la independencia?, ¿en qué medida las sociedades han sido capaces de construir oportunidades de desarrollo y bienestar?, ¿cuál ha sido el rol de las elites en ese proceso?
Responder estas preguntas es fundamental para con sensatez y responsabilidad hacer un balance y dimensionar los retos que enfrentan los países. De acuerdo con el Sexto Informe Estado de la Región (2021), el Bicentenario de la independencia encuentra a Centroamérica sumida en la peor crisis de las últimas tres décadas debido, por un lado a la convergencia de los rezagos históricos y tendencias desfavorables en materia de desarrollo humano sostenible y graves retrocesos en el ámbito político-institucional, y por otro, a los graves efectos de la pandemia.
Independientemente del sentido que se otorgue al bicentenario, su conmemoración es un momento oportuno para evaluar críticamente nuestro devenir como repúblicas independientes, y dimensionar los retos y las oportunidades compartidas.
Los países centroamericanos están hoy fuertemente entrelazados por dinámicas sociales, económicas, ambientales y políticas que los entrelazan fuertemente y los influencian recíprocamente. De esta condición emergen retos y oportunidades comunes frente a los cuales los márgenes de maniobra que tiene cada país, actuando por separado, son muy limitados.
Contrario a otros países o regiones del mundo que cuentan con grandes yacimientos de petróleo y commodities altamente cotizados en los mercados internacionales, las fortalezas de los países centroamericanos para impulsar su desarrollo son su rico patrimonio natural y su gente. Además, la región cuenta con ecosistemas, cuencas e importante infraestructura compartida: 11 puertos internacionales en el litoral Pacífico y 14 en el Caribe, 20 aeropuertos internacionales, el Canal de Panamá como punto neurálgico del comercio mundial y una carretera que se extiende a lo largo de 5.470 km entre Nuevo Laredo, México y Yaviza en Panamá.
El Istmo centroamericano cuenta con valiosos activos que hoy, debe reconocer y revaluar para, en una de las coyunturas más complejas de su historia contemporánea, impulsar el desarrollo y el bienestar de su gente. Hay tres asuntos críticos en que la acción regional es necesaria y particularmente importante: la compra conjunta de vacunas para acelerar el proceso de inmunización que requiere la reactivación económica y social de la región, definir un protocolo para la gestión de las migraciones, especialmente las masivas y transregionales, y emprender acciones colectivas para fortalecer la democracia y tutela de los derechos humanos.
Sin emprender estas acciones, Centroamérica no contará con las condiciones de estabilidad social y política que requiere para generar confianza e impulsar el crecimiento económico. Enfrentar los retos y aprovechar las oportunidades de Centroamérica es una responsabilidad compartida, pero quienes ocupan posiciones de liderazgo social, económico y político tienen un compromiso indelegable y determinante para evitar convertir esta aspiración en frustración y que ello perpetúe la existencia de perdedores y ganadores netos de los beneficios y oportunidades del bienestar y el desarrollo.
*Coordinador de investigación Informe Estado de la Región