Quienes tuvieron los recursos lograron continuar su formación de manera virtual, los que no, lo hicieron a través de guías de estudio. La inequidad en la educación se hizo más evidente.
El impacto en el aprendizaje no es alentador, estudios internacionales señalan un rezago significativo y la pérdida de años de escolaridad, 1.5 años, según estudio del Banco Mundial, al prolongarse hasta 13 meses el cierre de los centros educativos en el país.
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Un efecto negativo que se dio a todo nivel, pero a mayor escala en quienes cursan el diversificado, que están por dar el salto a la vida laboral o bien a la universidad sin alcanzar la preparación que lograron promociones anteriores.
Este año cerca de 168 mil jóvenes están por graduarse del nivel secundario, según el último registro del Ministerio de Educación (Mineduc), cantidad que en junio era de 162 mil 954, con un 71 por ciento inscrito en el sector privado.
La cifra es mayor que 12 años atrás, cuando se graduaron 50 mil jóvenes menos, aun así, la tasa de cobertura estudiantil en diversificado a duras penas llega al 35.9 por ciento, pasa por la poca oferta de establecimientos públicos para que continúen los estudios a ese nivel, como por el abandono escolar para trabajar y aportar dinero al hogar.
En la pandemia se suma otro factor: el acceso a la virtualidad. Esta será una promoción formada en línea, que, si bien desarrollará el aprendizaje informático y el aprendizaje autónomo, tendrá un déficit en materia de conocimientos puros, como Matemática, Lenguaje y Ciencias.
Implicaciones importantes
La pérdida de aprendizaje es preocupante en un país que ya estaba en crisis de aprendizaje previo al covid-19. Las pruebas realizadas a los graduandos por parte del Mineduc evidencian el bajo rendimiento que los estudiantes tienen al salir del diversificado, el resultado no es más que las deficiencias que vienen arrastrando durante todo el paso por las aulas.
El resultado de la última prueba hecha a los estudiantes que culminaban el diversificado fue bajo, en Matemática y Lenguaje. Estas corresponden al 2019, pues durante los dos años que la pandemia lleva asentada en el país, el Mineduc optó por suspender este proceso de evaluación, lo que para expertos en temas educativos no fue una decisión acertada.
Solo tres de cada diez jóvenes demostraron tener las competencias lectoras mínimas requeridas al salir del nivel medio, mientras que Matemática solo uno de cada 10 estudiantes tuvo un logro satisfactorio.
Dichos resultados evidencian una mejora de poco más de dos puntos porcentuales en Lectura y Matemática, con el año anterior.
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Al ver los resultados del 2010 al 2019 la evolución en los datos es más marcada. En Lectura el progreso fue del 14.64 por ciento, mientras que en el área numérica fue de 8.5 por ciento. Hubo un avance, sí. Sin embargo, es lento y no el esperado.
La intención de las pruebas de graduandos es generar información sobre el desempeño de los estudiantes y que esta sea utilizada por las autoridades educativas, por los directores y por los maestros de cada establecimiento para identificar las falencias en el rendimiento de los estudiantes y enfocarse en ello para mejorar.
Que el Mineduc no haya realizado la evaluación durante este y el año pasado tiene serias implicaciones.
Carlos Aldana, catedrático y doctor en Educación, menciona que la primera consecuencia, y la de mayor peso, es la carencia de datos que permita situar cómo está el aprendizaje de los graduandos. Lo segundo es que se carece de información que permita crear políticas públicas y estrategias relacionadas con la educación secundaria en Guatemala, para tomar decisiones y mejorar, transformar técnica y pedagógicamente la oferta educativa y la vinculación de la educación media y la superior.
Para quien está por egresar del diversificado la prueba no es vinculante, pero someterse a esta es un requisito para obtener el diploma. Lejos de eso, Aldana refiere que “no han tenido utilidad, pues no generan en los estudiantes un proceso de mejora, ya que se gradúan y el Sistema Educativo Nacional se desentiende de ellos”.
Al no realizar la evaluación a los graduados durante la pandemia se pierde la oportunidad de hacer un análisis comparativo entre el sector público y el privado, partiendo que en el último los estudiantes tuvieron mayor acceso a clases virtuales, opina Ester Ortega, ex viceministra de Educación y experta en el área educativa.
El turno de continuar con la formación de los jóvenes es de las universidades, en dado caso opten por la educación superior, que deberían tomar en consideración las deficiencias que llevan los estudiantes para mejorar las condiciones de aprendizaje de los futuros profesionales.
Dichas instituciones también pueden aprovechar la información que arrojan las pruebas de graduandos, aunque Aldana es de la opinión que en el sector público hay una “deuda terrible” en temas de educación, porque conociendo las deficiencias con que llegan los estudiantes al nivel superior no se plantean las estrategias, ni se hacen los esfuerzos suficientes para atender esa pobreza de aprendizaje.
Se buscó a la Universidad de San Carlos (Usac) de Guatemala para conocer cómo se prepara recibir a estos estudiantes que darán el salto del diversificado a la educación superior, por el momento, la institución no tiene una postura al respecto, y será en noviembre que el Consejo Superior Universitario aborde el tema.
Entonces, el vació sigue allí, ni el Mineduc ni la universidad pública hacen esfuerzos por mejorar la calidad educativa en el país, que tendrá un efecto negativo sobre el perfil del capital humano que se verá limitado al momento de ingresar al mercado laboral.
A qué se enfrentan las universidades
“Lo que podemos esperar en las universidades, con esta generación -de graduandos-, es un nivel más bajo de preparación, lo que implica que las universidades tengan que adaptarse para comenzar de niveles más bajos antes de llegar a los contenidos que estaban acostumbrados. Ese es el principal reto, sobre todo en el sector público”, dice Jorge Andrés Gálvez Sobral, director del Centro de Investigaciones Educativas de la Universidad del Valle de Guatemala.
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Se debe tener presente que siete de cada diez estudiantes de diversificado están en el sector privado, donde continuar los estudios a distancia a través de plataformas virtuales ha sido una posibilidad, contrario a los que sucede en el sector público, incluso en lo privado rural, donde las posibilidades de aliviar los efectos de la pandemia son menores.
De esa cuenta, Gálvez Sobral y Aldana indican que será primordial que las universidades evalúen a los estudiantes de primer ingreso, hacer una prueba diagnóstica para tener un cuadro completo del nivel de aprendizaje, lo que la prueba de graduandos pudo presentar, y ahora no se tiene.
Además, plantear desde ya escenarios futuros de intervención correctiva, establecer estrategias de recuperación en áreas como Matemática y Lenguaje, de cara al ciclo académico 2022.
“La solución no es ser flexibles con los estudiantes que ingresarán a la universidad y bajar el estándar sino darles la oportunidad de nivelarse, exigirles igual, pero como no entrar preparados, darles cursos previos para que se nivelen”, dice Ortega, y sugiere que durante el primer semestre se impartan cursos intensivos de lo que no se aprendió en el diversificado, para iniciar la carrera pasado esos seis meses ya teniendo los conocimientos necesarios.
“Con forme se alarga el tiempo de educación a distancia los problemas que esto pueda ocasionar se irán manifestando más, se volverán más profundos, tenemos que tomarlo en cuenta y saber que, si esto sigue así, el reto será mayor”, indica el investigador de la UVG.
Importante: ¿De qué depende que los colegios puedan tener clases híbridas?
¿Será diferente el 2022?
El ciclo escolar 2022 podría continuar con las clases presenciales intermites, como transcurrió este año.
La pandemia del covid-19 sigue su avance y las nuevas variantes del virus dificultan un regreso a las aulas de manera segura.
En países de la región, como México, Argentina, Chile y Uruguay los estudiantes volvieron a la escuela. Pero los brotes de coronavirus que se han dado entre la comunidad educativa hicieron que algunos gobiernos se retractaran de la decisión. En Estados Unidos varias localidades cerraron de nuevo los establecimientos para continuar de manera remota.
El médico Mario Melga, del Consejo Nacional de Prácticas en Inmunizaciones (Conapi), indica que “la vacunación es definitivamente una estrategia fundamente para un regreso a clases más seguro”.
La recién aprobada Ley de Emergencia Nacional contra la Pandemia del covid-19 abre la posibilidad de que los guatemaltecos entre 12 y 17 años sean vacunados, lo que podría disminuir los contagios en las aulas, sin embargo, aún se analiza si dosis contra el covid-19 pueden aplicarse a niños.
Es una luz en el sombrío panorama de la Educación en Guatemala, que hasta ahora ha transcurrido con clases híbridas (presenciales y en casa) que dependen del comportamiento y del aumento de casos positivos en el país.