CON OTRA MIRADA
5 de septiembre, Día del Arquitecto
Mañana se cumplirán 63 años de la creación de la primera Facultad de Arquitectura en Centroamérica (1958). Correspondió al arquitecto Roberto Aycinena, en su calidad de miembro del Consejo Superior Universitario, representando al Colegio de Ingenieros y Arquitectos, alcanzar el objetivo que con tanto empeño gestaron durante varios años tres visionarios colegas: Jorge Montes Córdova, Carlos Haeussler Uribio y Roberto Aycinena Echeverría. Es por eso que en Guatemala los arquitectos celebramos nuestro día el 5 de septiembre.
El desarrollo de tan importante hecho contó con el apoyo de las facultades de Ingeniería y Humanidades, y la Escuela Nacional de Artes Plásticas, con la participación de los ingenieros Humberto Olivero y Jorge Erdmenger, y los licenciados Hugo Cerezo Dardón, Guillermo Putzeys Álvarez y José Matta Gavidia.
En 1963, al graduase el primer arquitecto de la nueva Facultad, de acuerdo con la Ley de Colegiación Profesional Obligatoria, se solicitó la creación del Colegio de Arquitectos. Ese primer graduado fue Hermes Marroquín Campos, quien se unió a los profesionales que ya ejercían, graduados fuera de Guatemala; pasó a integrar el colegio profesional con el número 4. Como colegiado número 1 quedó inscrito el arquitecto e ingeniero Enrique Riera Isern.
' Involucrarse y ser parte propositiva de los cambios para hacer de Guatemala un mejor país.
José María Magaña Juárez
Los colegios profesionales son asociaciones gremiales, con personalidad jurídica, patrimonio propio, sin fines de lucro. Aglutinan a los egresados de las diferentes universidades (una pública y 14 privadas) lo mismo que a quienes se incorporan, provenientes de universidades en el extranjero. Tienen como fin la superación moral, científica, técnica, cultural, económica y material de sus agremiados. Son la entidad mediante la cual el Estado otorga licencia para ejercer la profesión. Cada colegio también registra a las denominadas profesiones afines. Actualmente hay 14 colegios profesionales y más de 300 profesiones.
Entre los fines del Colegio de Arquitectos, están: a) Defender y proteger el ejercicio profesional del arquitecto y combatir el empirismo; b) Promover, vigilar y defender el ejercicio decoroso de la profesión en todos los aspectos, propiciando y conservando la disciplina y la solidaridad entre sus miembros; c) Promover el desarrollo social, económico, cultural, científico y tecnológico de la profesión universitaria del Arquitecto; d) Promover y vigilar el ejercicio ético y eficiente de la profesión en beneficio de la colectividad; e) Auxiliar a la Administración Pública en el cumplimiento de las disposiciones legales que se relacionen con la profesión; f) Promover el bienestar de sus agremiados mediante el establecimiento de fondos de prestaciones, contratación de seguros y otros medios que se consideren convenientes.
Hoy, entre arquitectos y diseñadores, el Colegio suma cerca de ocho mil miembros cuyas demandas sobrepasan los límites de sus preceptos, por lo que la tarea es ardua. Para la junta directiva que me honro en presidir, el reto es recuperar el espacio perdido dentro del quehacer nacional, toda vez que a lo largo de muchos años, la Arquitectura dejó de tener el papel protagónico que le corresponde en el desarrollo del país, dejando la obra pública en el ámbito de la simple construcción, no en la creación de espacios urbanos e interiores dignos del ser humano y sus actividades: trabajo, administración, educación, salud, ocio, deporte y, sobre todo, vivienda.
Como líderes del gremio, en aras de un mejor colegio, tomamos decisiones con profesionalismo, honestidad y pasión.
En este Día del Arquitecto, exhorto a todos los colegiados, en particular a los jóvenes profesionales que recién se incorporan, a que se involucren y sean parte propositiva de los cambios necesarios para hacer de Guatemala un mejor país.