El 11 de julio, centenares de manifestantes salieron a las calles en más de 50 pueblos y ciudades cubanas como muestra de desesperación por una economía en quiebra y una situación desesperada por la pandemia del covid-19. Al grito de “Libertad” o de la popular canción “Patria y Vida”, muchos cubanos decidieron “comerse el miedo” y tomar las plazas y avenidas en señal de protesta.
Este tipo de respuesta social, aplaudido en cualquier otro punto del continente americano por líderes de todo calibre, es observado interesadamente por la mayoría del espectro político latinoamericano.
Desde países incondicionales de la revolución cubana como Venezuela y Nicaragua a posiciones como la del presidente brasileño, Jair Bolsonaro, o del Gobierno chileno de Sebastián Piñera, todos toman partido y se dividen a favor o en contra de régimen cubano.
El embargo resucita la marea rosa
La izquierda latinoamericana parece que recoge las cenizas de los Gobiernos progresistas de la denominada Marea Rosa (Pink Tide) de principio de este siglo y hace equipo en torno al espíritu del fallecido líder de la revolución cubana Fidel Castro (1926-2016) apoyando sin fisuras el discurso de las autoridades de la isla.
Estados Unidos y el embargo que aplica a Cuba desde 1962 son los responsables de las penurias de la isla y de su destino trágico. Por lo menos así lo han defendido estos días desde el líder brasileño Luiz Inácio Lula da Silva hasta el presidente de Argentina, Alberto Fernández.
“¿Qué está sucediendo en Cuba de tan especial para que se hable tanto? Hubo una caminata. Inclusive vi al presidente de Cuba en la caminata, conversando con personas. Cuba ya sufrió 60 años de bloqueo económico de los Estados Unidos, todavía más con la pandemia, es inhumano”, señaló en Twitter el expresidente Lula para referirse a las protestas.
Como Lula, otros dirigentes han acusado a EE. UU. de todos los males de la isla. “Si de verdad los Estados Unidos y los opositores extremistas en Cuba quieren paliar y ayudar al pueblo de Cuba, que levanten de inmediato todas las sanciones y el bloqueo contra el pueblo de Cuba”, destacó el presidente venezolano, Nicolás Maduro, el lunes 12 de julio.
Un apoyo sin condiciones que fue más lejos: “Yo, desde aquí, desde esta mesa de diálogo y este palacio presidencial, le ratifico, como le dije ayer por teléfono, al presidente Miguel Díaz-Canel todo el apoyo de la República Bolivariana de Venezuela al pueblo de Cuba, al Gobierno revolucionario de Cuba”.
Con el mismo entusiasmo, el presidente de Nicaragua, Daniel Ortega, arremetió contra EE. UU. “Estados Unidos, principal desestabilizador y destructor del planeta, no tiene ninguna autoridad moral para decir nada, cuando precisamente carga con toda la responsabilidad y culpa de todos los crímenes atroces, de odio y de lesa humanidad que han cometido, y siguen cometiendo, contra los pueblos del mundo”.
La emboscada y la golpiza a un manifestante desarmado
El martes 13 por la tarde, Yusnaby Pérez, periodista y defensora de las libertades individuales y los derechos humanos en Cuba, usó su cuenta de Twitter para publicar un video en el que muestra la agresión con la que actúan las fuerzas en ese país.
El régimen castrista activo su máxima represión contra manifestantes pacíficos desarmados. El mundo no puede callar ante los gritos de LIBERTAD de los cubanos que quieren ser SILENCIADOS. #SOSCuba pic.twitter.com/0U9T7wvMdh
— Yusnaby Pérez (@Yusnaby) July 13, 2021
En el clip de un minuto se visualiza la brutalidad con la que la dictadura emboscó a un manifestante desarmado que se encuentra en una azotea de un edificio. Además, luego de los golpes, lo agentes de seguridad dejaron inconsciente al manifestante.
Además: “No vamos a levantar el embargo sin que Cuba ceda o venga a la mesa a negociar en buena fe”
Según usuarios en plataformas digitales, indican que la grabación es la evidencia de cómo están actuando las fuerzas de seguridad de Díaz-Canel para silenciar las manifestaciones.
La Iglesia católica respalda el derecho del pueblo a manifestarse
La Iglesia católica de Cuba defendió el derecho de miles de personas que salieron a las calles de la isla a expresar su malestar por el deterioro de la situación económica y social durante los disturbios antigubernamentales registrados en varias localidades.
“Comprendemos que el pueblo tiene derecho a manifestar sus necesidades, anhelos y esperanzas y, a su vez, a expresar públicamente cómo algunas medidas que han sido tomadas le están afectando seriamente”, declaró la Conferencia de Obispos Católicos de Cuba (COCC) en un comunicado publicado el martes 13 de julio en su web.
Asimismo, señaló que en estos momentos le preocupa que “las respuestas a esos reclamos sea el inmovilismo que contribuye a dar continuidad a los problemas, sin resolverlos”.
“No solo vemos que las situaciones se agravan, sino, también que se camina hacia una rigidez y endurecimiento de posiciones que pudieran engendrar respuestas negativas, con consecuencias impredecibles que nos dañarían a todos”, añadió la jerarquía católica cubana.
Los obispos cubanos apuntaron que “no se llegará a una solución favorable por imposiciones, ni haciendo un llamado a la confrontación” y recalcaron que “las crisis no se superan con el enfrentamiento sino procurando un entendimiento”.
Advirtieron que “la violencia engendra violencia, la agresividad de hoy abre heridas y alimenta rencores para mañana que costará mucho trabajo superar”.